Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Pronto llega Navidad y siempre que llega una celebración tan importante, debemos prepararnos con cariño e ilusión. Este tiempo de espera se llama ADVIENTO.
Se nos pide estar despiertos/as, que no olvidemos nuestros sueños y descubramos el sueño que tiene Jesús para ti.
Caminando por la ribera del mar de Galilea Jesús vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
«Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho».
Le contestó:
«Voy yo a curarlo».
Pero el centurión le replicó:
«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace».
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
«En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos».
Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Terminamos la semana dedicada a Calasanz. Mañana sábado es su día. Calasanz llegó a ser santo porque escuchó en su corazón que la manera de ayudar a los niños era la manera de servir a Dios. Y fue el primero que hizo colegios para pobres, porque él quería que todos sintieran que somos hijos de Dios.
Y hoy Calasanz nos sigue diciendo que cada uno de nosotros somos hijos de Dios, hasta los más pequeños y los más pobres.
Recordamos también que este domingo es el primero del tiempo de Adviento, el que nos prepara para la Navidad. El evangelio es el siguiente:
Lectura del evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36)
“Jesús dijo a sus discípulos: “Un día el mundo estará lleno de tormentas. Gente angustiada, miedo, truenos fuertes, terremotos. Y las personas estarán agachadas, muertas de miedo.
Pero en medio de todo eso yo apareceré en medio de una nube, lleno de poder.
Entonces, en ese momento, se os pasará el miedo. Levantaos y alzad la cabeza, porque se acerca vuestra libertad. Estad atentos para verme llegar”.
Breve comentario:
Jesús nos habla sobre la importancia de estar despiertos para lo que pueda pasar, porque si nos dormimos no sabremos lo que está pasando y nos invita a esperar cuando venga, levantando la cabeza para verlo bien.
Hoy le pedimos que nos mantenga “despiertos” y que podamos ayudar a nuestros familiares y amigos. También le pedimos por todos nosotros, para que sepamos estar a su lado y escuchar muy atentos lo que nos dice.
Carta de Calasanz:
La voz de Dios es voz de Espíritu que va y viene, toca el corazón y pasa; no se sabe de dónde venga o cuándo sople; por lo que importa mucho estar siempre vigilante para que no venga improvisamente y pase sin fruto. (22/11/1622)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Una vez que Calasanz tuvo clara cual era su misión, fundó una congregación dedicada a educar a los niños en la Piedad y las Letras en su formación y en el conocimiento de Jesús.
Calasanz no llegó a conocer la expansión de las Escuelas Pías por España. Y, sin embargo, la primera petición que recibió para fundar fuera de Roma, en una fecha excesivamente temprana, había partido, precisamente, de su tierra natal.
Se rodeó de un grupo de colaboradores, los escolapios... Y pese a las dificultades que se le presentaron los últimos años de su vida, sobre todos los últimos, él siguió adelante, no se rindió.
ACTÚA
Jesús también eligió un grupo de colaboradores... Los cristianos no somos seres solitarios... nuestro principal mandamiento es el AMOR a los demás...
Y nosotros estamos dispuestos a amar a los demás, ¿cómo?
Damos ideas de qué podemos hacer y a qué nos comprometemos durante los próximos días. Escribimos estos compromisos en la agenda.
Algunas pistas:
Sonreír al que está triste, animarle. Compartir con el que más lo necesita. Hablar con aquellos que están más solos. Explicarle algo al que le cuesta más
Ayudar con nuestro dinero/alimentos/juguetes en campañas solidarias.
Denunciar las injusticias sociales, contando a los adultos las necesidades que hemos descubierto a nuestro alrededor.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría que por medio de San José de Calasanz manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños, especialmente los más necesitados, concédenos imitar su ejemplo de oración y trabajo para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo.
Buenos días, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Hoy vamos a pensar en todos los niños del mundo.
Te pedimos Jesús por todos los niños del mundo.
Por los que no pueden ir al cole porque tienen que trabajar desde pequeños.
Por los que no tienen comida, dales todo lo que necesitan.
Por los que no pueden estar acompañados por la familia, acompáñalos.
Por todos te pedimos Jesús que les des amor, que cambies los corazones de todos los que podemos transformar la situación de ellos. Que ninguno de estos pequeñitos se pierda, y siempre lleguen a Ti.
Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Evangelio según san Marcos (10, 13-15)
En aquel tiempo le traían niños a Jesús para que los tocase, y los discípulos los reprendían. Jesús al verlo, se enfadó y dijo::“Dejad que los niños se acerquen a mí; no se lo impidáis, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Os aseguro, quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Los acariciaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
Breve comentario:
Éste es el ministerio (el oficio) de Calasanz y de todos los escolapios y escolapias del mundo: dejad que se acerquen los niños a ellos y poder acogerlos, bendecirlos y hablarles de lo importantes que son para Dios.
Carta de Calasanz:
La senda o camino más breve y más fácil para ser exaltado al propio conocimiento y de este a los atributos de la misericordia, prudencia e infinita paciencia y bondad de Dios, es el abajarse a dar luz a los niños y en particular a los que son como desamparados de todos, que por ser oficio a los ojos del mundo tan bajo y vil pocos quieren abajarse a él, y suele Dios dar ciento por uno. (19/10/1629)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Hemos visto como a lo largo de su vida, José tuvo que hacer frente a muchos obstáculos: las presiones de su padre para que abandonara la idea de ser sacerdote, un amor de juventud, o la renuncia a cargos más importantes como el que le ofreció el Duque de Sesa para ser obispo en Sevilla. Iba a dejar escapar José aquel ofrecimiento?
Las cosas en la vida no pasan por casualidad y cuando José fue consciente de su verdadera vocación, no dudó ni un segundo en renunciar a todo lo que fuera un obstáculo en su camino. Los niños pobres con los que José se cruzaba a diario en los barrios de Roma ya le habían conquistado el corazón. Tenía claro que amaba a esos niños y quería ayudarles. Si se iba, nada podría hacer por ellos. Por eso, cuando el Duque de Sesa le ofreció aquel cargo por el que tanto había luchado y soñado, pronunció una frase de gigante:
"Encontré ya en Roma la manera definitiva de servir a Dios, haciendo bien a los pequeños. No la dejaré por cosa alguna del mundo".
Finalizamos la oración de hoy escuchando una canción que nos hace sentir esa fuerza de Calasanz y que hoy podemos aplicar a cualquier momento difícil de nuestras vidas. Le pedimos a José que nos ayude a ser fuertes en los momentos duros y a resistir.
Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Evangelio según san Marcos (9, 35-37)
En aquel tiempo Jesús se sentó, llamó a los doce, y les dice: “Si uno aspira a ser el primero, sea el último y servidor de todos.” Después llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos, lo acarició y les dijo:“ Quien acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge. Quien me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.”
Breve comentario:
Es un evangelio similar al que escuchábamos ayer. Quizá este haga un hincapié especial en la identificación de Dios mismo con los pequeños, con los niños. La frase final es muy fuerte. Viene a decir que el que recibe a un niño (o a quien se muestra como tal –necesitado, pobre,...-) recibe al mismo Dios. El encuentro con Dios se da en los más pequeños. Dios quiere identificarse con los pobres y pequeños de la tierra. Calasanz asume esto y descubrirá en Roma que esta es la razón de ser de su vida, su manera definitiva de servir a Dios. La pobreza es la gran ‘aliada’ en este camino. No se puede vivir esto sin ser pobre.
Carta de Calasanz:
He encontrado en Roma el mejor modo de servir a Dios, haciendo el bien a estos pequeños y no los dejaré por nada de este mundo. En cuanto a la pobreza, de pocos conocida y de poquísimos abrazada, cuanto a mayor perfección la podamos llevar, más aseguraremos nuestra vida y misión. (28/02/1632)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Al poco tiempo de estar en Roma, José se dió cuenta de que los niños que tenían dinero podían ir a la escuela y aprender muchas cosas; pero los pobres, a los que nadie quería, no tenían ni dinero, ni derecho a asistir a clase.
Paseando por las calles del Trastévere, pensó en cómo podía conseguir que todos esos niños tuvieran derecho a una educación digna y descubrió que su verdadera vocación era la de cuidar de estos niños.
En la Parroquia de Santa Dorotea, allá por 1597, fundó la primera escuela popular y gratuita del mundo, con la gran ayuda del Padre Brendani, renunciando así a cargos más poderosos.
Sus compañeros en este viaje fueron otros Padres Escolapios y los más pobres. Eligió como lema para sus escuelas Piedad y Letras. Lema que aún perdura. Hoy hay escolapios y escolapias en todo el mundo siguiendo su camino. Consiguió ver más allá de su tiempo, y con la fuerza de esa mirada hacer un mundo mejor.
Reflexión:
Seguimos mirando con admiración la vida de Calasanz. Podemos decir que Calasanz trabajó con pasión, con amor y con mucha valentía.
¿Somos nosotros valientes cuando vemos alguna injusticia en clase, en el patio, en la calle?
La figura de Calasanz nos da una gran lección, es capaz de pararse a escucha a Dios y preguntarle cuales son los planes de Dios para él.
¿En que momentos nos paramos a escuchar lo que Dios quiere de nosotros?
Calasanz dedicó su vida a lo que le parecía más importante los niños.
¿Nosotros dedicamos parte de nuestro tiempo a nuestros amigos, a nuestros hobbies y a escuchar lo que Dios quiere de nosotros?
¿Dedicamos tiempo a la oración?
Terminamos la oración de hoy con una canción, que nos recuerda que San José nos enseñó cómo hacer realidad un mañana de esperanza y una nueva humanidad. Apostando por una educación popular. Acercando Jesús a los niños y jóvenes, en todos los lugares del mundo donde están presentes los escolapios.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría, que por medio de San José de Calasanz manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños, especialmente los más necesitados, concédenos imitar su ejemplo de oración y trabajo para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría
,
que
por medio de San José de Calasanz
manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños,
especialmente los más necesitados,
concédenos imitar
su ejemplo de oración y trabajo
para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo.
Buenos días a todos, comenzamos nuestra oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Hoy os invitamos a escuchar el siguiente cuento:
- ¿Qué te ha parecido el cuento, te ha gustado?
- ¿Quién se atreve a decir lo que ocurre en el cuento?
- Si tuvieras que contarle este cuento a alguien, ¿a quién se lo contarías? ¿Por qué?
Jesús, nos quiere a todos de forma infinita, sin límites, te quiere cuando haces las cosas bien o cuando te equivocas. Te quiere cuando se te da bien hacer algo y también cuando te cuesta y tienes que esforzarte para conseguirlo. Jesús siempre estará a tu lado, pase lo que pase, hagas lo que hagas.
Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Evangelio según san Mateo (18, 1-5. 10a)
En aquel tiempo se le acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: -“Quién es el más grande en el reino de Dios?”
Él llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos y dijo:-“ Os aseguro que si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de Dios. Quien se humille como este niño, es el más grande en el reino de Dios. Y el que acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños.”
Breve comentario:
Todos necesitamos sentirnos importantes, queridos, que hay alguien que nos hace caso y nos tiene en cuenta. Jesús lo sabe, pero va a la raíz del sentimiento humano: sólo el que vive de la confianza como lo hace un niño con sus padres, puede sentirse verdaderamente feliz. Por eso sugiere este ‘hacerse niño’, pequeño, dependiente. Ser niño es además ser criado, estar al servicio del otro. Jesús apunta en este evangelio que la verdadera dicha está en el servicio. Él mismo está como servidor. Calasanz es un evangelio que vivó como ningún otro. Se creyó que eran palabras dichas para él y las vivió entre los niños, haciéndose como uno de ellos.
Carta de Calasanz:
Si considera los despropósitos que le pasan por la imaginación de la mañana a la tarde, debiendo estar siempre en la presencia de Dios, verá que no sabe dar dos pasos sin caer, que es dejar de mirar a Dios y ver con el pensamiento o la imaginación a las criaturas. Quien llegue a esta práctica de saber comportarse como un niñito de dos años, que sin guía cae muchas veces, desconfiará siempre de sí mismo, e invocará siempre la ayuda de Dios. Esto significa aquella sentencia, tan poco entendida y mucho menos practicada: ‘si no os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de los cielos (Mt. 18,3). Aprenda esta práctica y procure llegar a esta gran sencillez.(04/08/1628)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».
El padre de José, don Pedro Calasanz, acababa de perder a su mujer y a su hijo mayor y quería que José perpetuara el apellido de la familia. No quería que fuera sacerdote. Pero José sufrió una enfermedad en 1582 que lo llevó al borde de la muerte e hizo prometer a su padre, que si Dios le concedía la curación, se lo permitiría y le dejaría seguir su camino. Afortunadamente, José se curó y fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1583, por Hugo Ambrosio de Moncada, obispo de Urgel. Durante sus primeros años como sacerdote, estuvo en varios pueblos de los Pirineos, donde cuentan que era muy peligroso aventurarse por los caminos para visitar alguna Iglesia como las de Claverol y Ortoneda, de las que era párroco. Hasta tuvo que proveerse él mismo de un arcabuz con frasco y frasquillo sin bolsa para que no le atacaran. José llegó a Roma en febrero de1592. Tenía 35 años y su intención era la de permanecer allí sólo el tiempo requerido para obtener el título de canónigos de alguna catedral española. Quería ser obispo. Pero Dios tenía para él otros planes, sin saber que ya nunca regresaría a España.
Reflexión:
La vida de José de Calasanz no fue fácil pero no se rindió. Dos rasgos de su personalidad se destacan en este texto: tesón y responsabilidad. Con ellas consiguió lo que deseaba poner sus cualidades al servicio de los demás.
¿Eres tú también responsable ante las necesidades de aquellos que te rodean?,
¿haces algo para mejorar su situación?
¿Pones tú también tus cualidades al servicio de tus compañeros?,
¿ayudas a tus compañeros de clase?
José de Calasanz, a lo largo de su vida, tuvo siempre presente en sus oraciones a María, tal y como su madre le había enseñado. Cuando se sentía desanimado recurría siempre a ella.
Rezamos hoy esta oración en honor a María para que nos anime y nos de fuerzas para estudiar al día.
Buenos días a todos, ¿cómo ha ido el fin de semana? en este momento podemos pensar y recordar todo aquello que queramos compartir con los demás.
Comenzamos una nueva semana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Hoy os invitamos a ver el siguiente vídeo sobre la Verdad:
- ¿Qué es la verdad?
- ¿Dónde está?
- ¿Cómo podemos alcanzarla?
Jesús nos propone seguirlo, creer en su Palabra. Para eso ha venido para ser testimonio de la VERDAD.
Jesús, te pedimos que nos hagas conocedores de la importancia que conlleva decir siempre la VERDAD, esa que tú nos has enseñado y nos sigues enseñando cada día.
Durante estos días seguimos acercándonos a la figura de San José de Calasanz.
La oración de esta semana consistirá en una lectura bíblica que tiene que ver con la experiencia de vida del santo, un trozo de una de sus cartas y una oración final.
Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lectura del Evangelio según san Mateo (11, 25-26)
En aquella ocasión tomó la palabra Jesús y dijo: “¡Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra! Porque, has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a los pequeños e ignorantes. Sí, Padre, ésta ha sido tu elección.”
Breve comentario:
Jesús pone en evidencia la predilección que tiene Dios por aquellos que son sencillos. La sabiduría no se encuentra en ‘saber’ muchas cosas cuanto en conocer lo que a uno le hace feliz. Jesús advierte que la fe, la palabra de Dios, su propio mensaje no es para engordar el conocimiento, sino para provocar una experiencia. Solamente los sencillos, los que aparentemente no saben y se dejan guiar, son los que reciben la elección de Dios. Calasanz comprueba que los niños tienen mucho ganado en esta aspecto. No sólo ellos, sino aquellos que trabajan y están mucho tiempo con los pequeños tienen más posibilidades de conocer esta verdad. Él numerosas veces anima a sus compañeros a ser humildes, esto es, llegar a saber que todo depende de Dios y que somos instrumentos en sus manos. Si hay que formarse y estudiar y trabajar es para ser un buen instrumento en manos de Dios.
Carta de Calasanz:
Debemos creer que Dios guía todas las cosas a mayor gloria suya y bien nuestro, aunque nosotros, como ignorantes y débiles en sus cosas, algunas veces tenemos por adverso lo que nos es útil, y por conveniente lo que nos es contrario. Dejemos, pues, guiar la barca a su divina majestad y recibamos de su mano santísima todo lo que nos suceda. (30/08/1631)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos estos han echado como donativo de lo que les sobraba, esta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».
¡Buenos días! Esta semana vamos a dedicar las oraciones a San José de Calasanz, para ello iremos recordando algunos de los momentos más especiales de su vida, la época en la que vivió, las tentaciones que superó, su férrea vocación de sacerdote en primer lugar y de escolapio después y el legado tan grande que nos ha dejado.
Adoptemos una actitud de reflexión y de escucha, pues para llegar al corazón de Calasanz es necesario estar en silencio con uno mismo. Deja a un lado lo que te preocupa, te invito a escuchar unas breves pinceladas de su historia. Remóntate a 1557, a un pueblecito de Aragón llamado Peralta de la Sal.
Los primeros pasos de José de Calasanz
José era el menor de 8 hermanos, un joven estudioso, responsable, generoso y con una gran simpatía personal, lo cual le permitía tener muchos amigos entre sus compañeros de estudios. Tenía muy clara su vocación de sacerdote desde muy pequeño, le gustaba mucho rezar y luchó por perseguir su sueño. Como era muy estudioso le llevaron a Estadilla y de allí se marchó a Lérida para iniciar sus estudios de Filosofía. En Lérida estuvo seis años. Sus compañeros le votaron prior de los estudiantes aragoneses, lo que ahora llamaríamos el delegado universitario. Estaba en una edad inquieta con arranques de rebeldía, pero gracias a las enseñanzas que le había inculcado su madre, llamada María, José nunca dejó de lado su vocación religiosa. Con esta intención viajó de Lérida a Valencia, donde cursó estudios de teología. Allí superó una de sus primeras tentaciones ya que una joven se enamoró de él. En aquel momento, José tenía 21 años y bien podía haber cambiado su destino, pero la determinación de José de ser sacerdote, lo impidió.
Hacemos una breve reflexión:
Recordamos las características de la persona de San José cuando era joven como vosotros. Responsable, estudioso, con determinación, generoso, sociable, orante...
¿Somos capaces de renunciar a comodidades que nos aparten de nuestro camino?
Peticiones:
Pedimos al Señor que...
...me haga ser responsable en mi trabajo como San José.
...me ayude a ser generoso con todos aquellos que lo necesitan, comenzando por el compañero que tengo a mi lado.
...me ayude a ofrecer una sonrisa a todos los que se acercan a mí para que el grupo de clase esté unido y la convivencia sea más fácil.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría que por medio de San José de Calasanz manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños, especialmente los más necesitados, concédenos imitar su ejemplo de oración y trabajo para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo. AMEN
Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Aprender a ponerse en el lugar del otro, entender que otra persona se sienta mal, bien o regular, aunque nosotros nos sintamos completamente diferente.
Jesús, siempre pensaba en los demás y ahora nos toca a nosotros aprender de él.
Empezamos el día dándole los buenos días a Jesús y a María, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Hoy en nuestra oración, vamos a pensar en algo que hace poco nos haya costado hacer y vamos a pedirle a Jesús que nos comprometamos a intentarlo siempre aunque haya veces que nos cueste conseguirlo.
-¿Te ha gustado el vídeo?
-¿Qué ha aprendido el pajarito?
Como equipo que somos, vamos a cerrar los ojos y a rezar juntos el Padrenuestro.
Lo importante ahora eres tú y este ratito con Dios. Lo hacemos poniéndonos en manos del Padre, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Saludamos y damos los buenos días a Jesús, con la siguiente canción:
Abrimos nuestros ojos y vemos atentamente la siguiente historia:
Ya ha terminado la historia... os pedimos segundos en silencio pensando en lo que acabamos de ver.
- ¿Qué le pasa a la niña?
- ¿Cuál es su sueño?
-¿Lo cumple?
Todos podemos compartir lo que nos ocurre, a veces nos puede resultar complicado no poder hacer lo que nos gusta, pero Jesús nos enseña a que podemos dar pequeños pasos que nos lleven a conseguir lo que soñamos.
Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
- ¿Qué le ha ocurrido a este niño?
- Su mamá decide hacerle un regalo, ¿en qué consiste?
-¿Cómo reacciona el niño cuando recibe el regalo?
- ¿Cambia su actitud más tarde?
Finalizamos orando juntos y pidiendo al Padre por todos esos niños que a día de hoy siguen sufriendo alrededor del mundo y que no se aceptan tal y como son.
Comenzamos un nuevo día, juntos dispuestos a tener un gran tiempo con Jesús, nuestro amigo.
Escuchamos atentamente el cuento "Hasta que podamos abrazarnos":
- ¿Qué les pasa a Erizo y Tortuga al principio?
- ¿Qué les dice el Búho?
- Tras decirle eso el Búho. ¿Cómo lo intentaron?
- Tortuga y Erizo son muy buenos amigos ¿cómo les demuestras a tus amigos tu cariño hacia ellos cuando no los puedes ver?
Jesús nos dice que tenemos que estar atentos a sus llamadas. Atentos a las necesidades de los demás. Que estemos despiertos y preparados para ayudar y escuchar a los demás. Y eso mismo lo hacemos con nuestros amigos, pero ¿y con los demás?
Nos reunimos de nuevo todos juntos para dar los buenos días a Jesús y comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Dios nos ha regalado todas las maravillas que nos rodean: el cielo, la tierra, las montañas, los rías, los mares, los bosques, las flores, animales,... Pero también nos ha creado a nosotros para que lo disfrutemos y lo cuidemos todo.
Está muy bien que cuidemos de todo lo que nos rodea, pero no solamente de las cosas sino de las personas. Hablando de las personas, ¿cuidamos a todas las personas que nos rodean?
Para pensar sobre esto, vamos a escuchar el siguiente cuento: "Un día tuve un sueño".
- ¿Qué os ha parecido?
- ¿Alguien puede contar qué ocurre en el cuento?
- Después de ver este vídeo, ¿qué sueño tienes tú?
Jesús soñó con un mundo maravillo y consiguió crearlo. Ahora nosotros también podemos soñar con cuidar ese mundo.
«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
Asimismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará.
Os digo que aquella noche estarán dos juntos: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán».
Ellos le preguntaron:
«¿Dónde, Señor?».
Él les dijo:
«Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres»
Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Valeria es una niña alegre, que disfruta con sus juegos, pintando el mundo de mil colores. ¿Quieres conocer su historia?
- ¿Qué descubre un día?
- ¿Cómo se siente al principio?
- ¿Qué hace entonces?
- Un día se siente cansada de huir, ¿qué decide hacer en ese momento?
- ¿Cómo puede ser su sombra?
Gracias al jilguero, a la ardilla, al saltamontes y a sus mismas palabras, su sombra se convierte en una parte de ella con la que compartir la vida sin miedo.
Valeria se ha dado la oportunidad de escucharse, poco a poco, con calma y cariño. HA aprendido a conocerse y a descubrir la fuerza de enfrentarse a sus miedos con posibilidad, convirtiendo un problema en una oportunidad.
Eso mismo nos lo enseña Jesús, a pesar de tener miedo a que no le crean al contar su historia, no puede dejar de hacerlo y con ello consigue hacer verdaderos milagros.
En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:
«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».
Él les contestó:
«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí” o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».
Dijo a sus discípulos:
«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».
Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Cada día surgen problemas, conflictos a los que tenemos que hacer frente. Si mostramos indiferencia, es decir, si hacemos como que no ha pasado, ese problema no desaparecerá, sino que se hará siempre más grande.
Sin embargo, si nos enfrentamos a ellos, seremos capaces de entenderlo y de ponerle remedio, haciendo que nuestra vida pueda seguir adelante.
Escuchamos con atención e siguiente cuento:
- ¿Qué apareció un día sin avisar y sin explicación?
- ¿Qué le ha ocurrido al elefante al principio?
- Al no hacerle caso, ¿qué le pasaba?
- ¿Y al final, cómo se portaron con él?
Jesús se enfrentó a los problemas que le surgieron, que a pesar de sus dificultades las afrontó.
Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios.
Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
«No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito:
«El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«¿Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
«Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás».
Los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».
Damos los buenos días a Jesús, le saludamos y comenzamos unidos en la oración: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Cuando viene el mal tiempo, el frío, las nubes, ... no es tan fácil estar tranquilos y con la misma alegría. Comencemos el día de hoy con calma, con una sonrisa de oreja a oreja porque tenemos mucha suerte... ¡Jesús estaba esperándote con muchísimas ganas! Respira, saluda a Jesús y unidos empezamos la oración: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Cierra un momento los ojos, piensa en Jesús y también en todos esos seres queridos de los que llevamos hablando las últimas semanas. Hoy TODOS ellos quieren decirte algo a través de esta canción. Imagina que te la están cantando ellos...
Jesús y todos los que ya han resucitado nos quieren decir que están junto a nosotros, que no caminamos nunca solos y que estarán a nuestro lado para celebrar con nosotros nuestras alegrías y también para animarnos cuando estemos tristes.
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando”.
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite».
Él le dijo:
«Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿ cuánto debes?”.
Él dijo:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz».
En un momento de silencio, respira tranquilamente y olvídate de todo lo demás.
Hazte consciente de tus propios sonidos. Eres tú. Es ahora ... Dios está aquí.
-¿Qué ha ocurrido en el vídeo que acabamos de ver?
- ¿Por qué ocurre eso?
- ¿Cómo se siente el niño?
- ¿Y el grupito de tres chicos, cómo se sentirán haciendo eso?
- Si te hicieran algo así a ti, ¿qué harías?
- Si vierais algo así en algún compañero, ¿cómo reaccionarías?
Muchas veces hacemos sentir tan mal a otras personas, que es muy complicado porque ese daño no solamente se soluciona con un PERDÓN, porque el daño queda en el corazón.
Por favor, tal y como quiere Jesús, seamos buenas personas y sigamos su ejemplo, piensa las cosas antes de decirlas, podemos hacer sentir mal a otra persona y eso no nos gustará a nadie.
La vida es bonita, disfrutemos de ella como Jesús nos enseñó.
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».
Nos relajamos, respiramos tranquilamente y cerramos los ojos, para ello nos ayudamos de la siguiente canción:
Ahora, abre los ojos, respira y saluda a Jesús. Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Muchas son las veces que hablamos sobre la contaminación e incluso de todos lo detalles que implican que se produzca la misma, provocando que la Tierra sufra. Pasan todos los días y tenemos la oportunidad de poder ayudar haciendo las cosas bien como nos pedía Jesús.
Jesús nos ofrece una escalera para que también ofrezcamos nuestro amor al planeta.
Jesús también busca a personas que cuide de nuestro planeta, se pone muy contento y nos da las gracias cuando somos capaces de respetar los lugares que nos rodean.
Nos comprometemos con la Tierra Jesús, queremos cuidarla porque nos importa el lugar donde vivimos.
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.
Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?
No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.
¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?
Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».
Conmemoración de los fieles difuntos Juan 11, 17-27
Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».