María, José y Jesús vivieron años en Nazareth. José era carpintero y Jesús le ayudaba en lo que podía. María, como madre, educaba a Jesús y cuidaba de la familia. Seguro que Santa Ana, la abuelita de Jesús, estaba encantada con su nieto y lo quería mucho.
En la flor de hoy está escrita la palabra “Familia”. Hoy le vamos a pedir a la Virgen por nuestra familia y por todas las familias del mundo. y le vamos a dar gracias por todas las personas que nos quieren y nos cuidan.
Rezamos a María:
Madre, enséñame a sembrar cariño y alegría en mi familia, ayúdame a ser obediente, a pensar en los demás. Ayúdame a pelearme menos con mi hermano, quiero colaborar en las tareas de casa. Te pido también por todas las familias del mundo, sobre todo por las que sufren.
Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».