Jueves 9 de junio

Buenos días a todos, hoy para comenzar este ratito de oración vamos a responder a las siguientes preguntas:

- Si digo mamá, ¿qué me dices?

- Si te equivocas, ¿qué te dice ella?

- Si ganas o pierdes, ¿qué hace ella?

- Si lloras, ¿qué te dice?

Os invitamos a ver el siguiente cortometraje:


- ¿Qué le ocurre al chico?

- ¿Cómo se siente al principio?

- ¿Quién es la mujer que aparece?

- ¿Tienen buena relación entre ellos?

- Sin embargo, ¿qué le dice ella?

Gracias María por ser nuestra Buena madre. Hoy queremos dar las gracias por nuestras madres, que a pesar de estar enfadadas con nosotros, nos perdonan y nos siguen queriendo siempre.

Padrenuestro.
 


Evangelio del 9 de junio.

Fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

Juan 17, 1-25

Así habló Jesús. Después, levantando la vista al cielo, dijo: —Padre, ha llegado la hora: da gloria a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria; ya que le has dado autoridad sobre todos los hombres para que dé vida eterna a cuantos le has confiado. En esto consiste la vida eterna: en conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús el Mesías. Yo te he dado gloria en la tierra cumpliendo la tarea que me encargaste hacer. Ahora tú, Padre, dame gloria junto a ti, la gloria que tenía junto a ti, antes de que hubiera mundo. He manifestado tu nombre a los hombres separados del mundo que me confiaste: eran tuyos y me los confiaste y han cumplido tus palabras. Ahora comprenden que todo lo que me confiaste procede de ti. Las palabras que tú me comunicaste yo se las comuniqué; ellos las recibieron y comprendieron realmente que vine de tu parte, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has confiado, pues son tuyos. Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío: en ellos se revela mi gloria. Ya no estoy en el mundo, mientras que ellos están en el mundo; yo voy hacia ti, Padre Santo, guárdalos con tu nombre, a los que me diste, para que sean uno como nosotros. Mientras estaba con ellos, yo los guardaba con tu nombre a los que me diste; los custodié y no se perdió ninguno de ellos, excepto el destinado a la perdición, para cumplimiento de la Escritura. Ahora voy hacia ti; y todavía en el mundo digo esto para que posean mi alegría completa. Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió, porque no son del mundo, igual que yo no soy del mundo. No pido que los saques del mundo, sino que los libres del Maligno. No son del mundo, igual que yo no soy del mundo. Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo. Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad. No sólo ruego por ellos, sino también por los que han de creer en mí por medio de sus palabras. Que todos sean uno; como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les di la gloria que tú me diste para que sean uno como lo somos nosotros. Yo en ellos y tú en mí, para que sean plenamente uno; para que el mundo conozca que tú me enviaste y los amaste como me amaste a mí. Padre, quiero que los que me confiaste estén conmigo, donde yo estoy; para que contemplen mi gloria; la que me diste, porque me amaste antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo te he conocido y éstos han conocido que tú me enviaste.