Viernes 27 de mayo

 ¡Buenos días!

Empezamos el día buscando la calma y la tranquilidad. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Vamos a pensar en la persona que más nos cuida.

Pensamos en su olor, recordamos las palabras cariñosas que nos dice, el beso que nos ha dado antes de venir al cole o ayer, su abrazo...

María, la madre de Jesús también nos mima y está siempre atenta lo que necesitamos.


María nos acompaña siempre en todas las cosas que hacemos, hoy le vamos a dar las gracias.

¡Gracias, María!

Evangelio del 27 de mayo

 

San Juan 16,20-23a

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.

También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».