Cuidar la casa común es una obligación de todos, porque de este cuidado depende la supervivencia de todos los seres vivos; plantas, animales y personas.
Todo lo que nos rodea y nos permite vivir: el aire, el sol, el agua, las plantas, los animales… tienen en sí mismo valor, todos nos hablan de Dios, son una caricia de Dios. Por eso es tan importante cuidar de cada ser y por supuesto, de cada persona como a preciosos tesoros, que no podemos maltratar o ignorar.
- ¿Qué les pasa a los animalitos que viven debajo del mar?
- ¿Con qué se quedan atrapados?
- ¿Qué hicieron para resolver ese problema?
Nuestro Padre Dios nos regaló un mundo con personas, animales y plantas preciosas.
Al igual que ayudando a otras personas, nos ayudamos a nosotros mismos; cuidando los animales y las plantas, también lo hacemos.
Jesús dijo a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver». Algunos de ellos comentaron entonces: «¿Qué significa eso de ‘dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver’, y eso de ‘me voy con el Padre’?» Y se preguntaban: «¿Qué significa ese ‘poco’? No entendemos lo que dice».
Jesús comprendió que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: ‘Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver’? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».