Lunes 9 de mayo

Buenos días a todos.

Cuidar la casa común es una obligación de todos, porque de este cuidado depende la supervivencia de todos los seres vivos; plantas, animales y personas.

Todo lo que nos rodea y nos permite vivir: el aire, el sol, el agua, las plantas, los animales... tienen en sí mismo valor, todos nos hablan De Dios. Son una caricia suya. Por eso es tan importante cuidar de cada ser y de cada persona como a preciosos tesoros, que no podemos maltratar o dejar de lado.


- ¿Qué les pasa a los animalitos que viven debajo del mar?
- ¿Con qué se quedan atrapados?
- ¿Qué hicieron para resolver ese problema?

Nuestro Padre Dios nos regaló un mundo con personas, animales y plantas preciosas. 
Al igual que ayudando a otras personas, nos ayudamos a nosotros mismos; cuidando los animales y las plantas, también lo hacemos.

¡Gracias Dios por todo!


Evangelio del 9 de mayo

 

Jn 10, 1-10

Jesús dijo: «Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».