Lunes 12 de abril

 Comenzamos esta semana y parece mentira que estemos ya en la segunda semana del tercer trimestre de este curso. 

Jesús sigue estando con nosotros, día a día, VIVO, acompañándonos para darnos mucha felicidad. Le damos los buenos días a Jesús, y en especial hoy a María pues nuestra oración va para ella.
Escuchad este bonito cuento "Un corazón dentro de otro"


- ¿Quiénes salen en el cuento?
- ¿Qué ocurre?
- ¿Podrías ser mamá y tú?
- ¿Ocurre algo parecido con vuestras familias?
No hay nada más maravilloso y puro como el amor que los padres sienten hacia sus hijos. Así debes sentirte tú. Tus padres te van a querer siempre, aunque a veces creas que no estás haciendo bien las cosas, ellos te perdonarán siempre. 
Ese amor que recibes de tus padres aumentará si lo compartes con otras personas. 
Con un hermano o hermana, con los amigos, con tus maestras o profes... Porque el amor verdadero siempre crece.
La Virgen María era madre de Jesús. Y cuando veía a su hijo hacer tantas cosas buenas, se sintió muy orgullosa de él. Siempre lo acompañó porque su amor duró toda la vida. 
Un amor de madre va mas allá. 

Gracias María por enseñarnos que el amor no tiene límites. Los momentos malos fortalecen ese amor.



Evangelio del 12 de abril


 Jn 3, 1-8

Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él». Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?» Jesús le contestó: «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de nuevo’; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».