Miércoles 18 de mayo

Buenos días a todos, nos encontramos ya en el ecuador de la semana. Con alegría comenzamos un nuevo día y juntos compartimos este ratito de oración.

“Generosidad”

Una persona generosa es aquella que está siempre dispuesta a compartir y regalar a los demás. No sólo podemos ser generosos con nuestras cosas, ¿Cómo? Vamos a poner un ejemplo: un niño acompaña a su abuelita a dar un paseo en lugar de ponerse a jugar con los videojuegos. El niño podría estar pasándoselo muy bien con los videojuegos o la tele, pero prefiere estar con su abuelita. Pues ese niño está siendo generoso. ¿Y tú? ¿Eres generoso?


Rezamos a la Virgen:

Madre, hazme generoso. Que sepa compartir mis cosas con los demás. Ayúdame, Madre.


Evangelio del 18 de mayo

 


Jn 15, 1-8

Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».