Miércoles 16 de febrero

 

Buenos días, vamos a comenzar la mañana con un ratito de oración. Para ello, primero vamos a estar callados, en silencio, cerramos los ojos, y sentimos nuestra respiración.

Y, por dentro, decimos: Hola Jesús, Hola María, aquí estoy, buenos días.

Querido Jesús, querida María, hoy te pedimos también por todas las personas que ayudan, acompañan y cuidan a los enfermos.


- ¿Qué historia cuenta el vídeo que acabamos de ver?
- ¿Qué es lo que más te ha gustado?
- ¿Cómo crees que hace sentir María al niño?
- ¿Por qué es especial el niño?


Padrenuestro.









Evangelio del 16 de febrero


Marcos 8,22-26

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?»

Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan.»

Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró; estaba curado, y veía todo con claridad.

Jesús lo mandó a casa diciéndole: «No se lo digas a nadie en el pueblo.»