Miércoles 19 de enero

Buenos días, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Vaiana es una joven a la que le encanta el mar y su papá es marinero. Cuando los marineros de su aldea no pueden pescar ningún pez y todas las cosechas fallan, emprende una misión en el mar para salvar al pueblo.


Cuando
 tenemos problemas, nos hemos equivocado, una pelea con tu hermano o algún compañero, no nos salen las cosas bien, estamos tristes… podemos afrontarlo de muchas formas. Vaiana quiere enseñarnos que una de esas formas es ver las cosas buenas que tenemos para afrontar así mejor los problemas.

Vamos a decir en voz alta aquellas cosas, personas o momentos que nos gustan, que nos hacen felices en nuestros días. 

En silencio, le damos las gracias a Jesús por todo lo bueno que tenemos en nuestra vida, porque es el regalo que Él nos da para ser felices.

Padrenuestro.

Evangelio del 19 de enero

 


Mc 3, 1-6

Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio». Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?» Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo». Lo extendió y quedó restablecido.

En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.