Lunes 13 de septiembre
Dios es tan sencillo
El Señor bendice nuestro corazón con el Don de la humildad, para que sepamos reconocerle en la sencillez de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestros compañeros, de nuestras maestras y profesores.
Evangelio del 13 de septiembre
Lc 4, 38-44
Cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaum. Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga».
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: ‘ve’, y va; al otro: ‘ven’, y viene; y a mi criado: ‘haz esto’, y lo hace».
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
(tomado de Rezandovoy)
Lunes 13 de septiembre
Buenos días:
Comenzamos la primera semana completa del curso. Por eso le vamos a pedir a Dios todo a quello que Él ya sabe que necesitamos pero que nos enseñó a pedir con humildad:
Alegría,
para emprender el trabajo de este nuevo año que hoy pongo en tus manos de Padre amoroso, con todo lo que tienes dispuesto para mí.
Solidaridad,
para apoyar a aquellos que de verdad me necesiten.
Inteligencia,
para buscar y descubrir la verdad en los acontecimientos de cada día.
Optimismo,
para empezar cada jornada con nueva ilusión y nuevas esperanzas.
Paciencia,
para volver a empezar aquello que no me salga muy bien.
Entusiasmo,
para vencer las dificultades y madrugar aunque se me haga difícil.
Audacia,
para cambiar aquello que impida mi desarrollo físico espiritual e intelectual, y para luchar por corregir mis defectos y caprichos.
Valentía,
para detenerme cuando me equivoque y reiniciar mi ruta cuando vaya por la senda equivocada.
Equilibrio,
para controlar mis emociones, y no dejarme vencer por las contradicciones que seguramente encontraré en mi camino.
Sabiduría,
para saber escoger lo que me conviene para mi alma y mi cuerpo.
Generosidad,
para compartir con mis compañeros lo que de tu bondad he recibido gratuitamente.
Memoria,
para guardar en mi mente, mi alma y mi corazón, los conocimientos que me acerquen más a Ti.
Voluntad,
para hacer las tareas y trabajos con responsabilidad y energía.
Constancia y perseverancia,
para terminar con entusiasmo lo que ya he iniciado.
Tolerancia,
para aceptar a mis compañeros con sus cualidades y sus debilidades.
Gratitud,
para reconocer a quienes cada día me han ayudado a ser mejor , especialmente a ti Dios Padre amoroso, que siempre velas por mí, y por eso confiado en Ti , pido la gracia de la fidelidad para cumplir mis buenos propósitos.