El tesoro de la paz
Señor: Te damos gracias por las personas hombres que trabajan en paz y por los que construyen un mundo más feliz.
Sin embargo, a menudo vemos en la televisión niños, mujeres y hombres que sufren. Tienen ham-bre, están heridos por la guerra, cazados en sus casas, acribillados por las bombas y los fusiles.
También vemos, a veces, hombres y mujeres que se sacrifican por los que sufren, y les ayudan a aliviarse: luchan contra el mal, sonríen a los que temen y, a los débiles, les infunden aliento y es-peranza.
Señor, cuando se ama de verdad, el sufrimiento es menos pesado de llevar, las injusticias retroce-den y las rencillas se apagan.
Enséñanos a amar, a luchar, a sonreír para que lleguen a nosotros la paz y la amistad, para que florezca la esperanza en el corazón de todos y de cada uno.
(tomado de www.itakaescolapios.org)