Buenos días, poco a poco vamos terminando este camino de Cuaresma que comenzamos hace casi cuarenta días con nuestra Celebración del Miércoles de Ceniza.
Hoy es un día especial, no ha sido fácil pero hemos aprendido mucho durante este tiempo.
No es un viernes cualquiera, es Viernes de Dolores. Y por este motivo, nos vamos a fijar en María.
Todo empezó así:
Todos los días tenemos diferentes motivos para dar Gracias a Dios. Hoy nos vamos a detener un momento para pensar en esos motivos y darle las Gracias a María.
GRACIAS MARÍA POR TODO
Esta Semana solamente será "Santa" si nosotros la hacemos así. Recordando a Jesús y estando a su lado.
EN aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Elles replicó:
«Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?».
Los judíos le contestaron:
«No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó:
«¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre».
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
«Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad».