Sal 24, 4-5a. 6 y 7cd. 8-9
Buenos días a todos, esta tercera semana de Adviento, Jesús nos invita a "estar siempre alegres".
Es cierto que estamos viviendo un año muy difícil y complicado, echando de menos a muchas personas o familiares que queremos, despidiéndonos de algunos, debido a que la pandemia nos ha traído ,el no saber cuánto tiempo durará esto, pero lo más importante es que el Señor –que nos cuida con su maravillosa ternura– susurra en nuestro corazón palabras muy bonitas de esperanza, palabras de apoyo, palabras de ánimo e incluso de consuelo. La promesa de que su amor es eterno y de que Él quiere que seamos verdaderamente felices: hoy, en medio de nuestros problemas y mañana –cuando Él venga– en el Cielo.
La venida de Jesús es siempre motivo de felicidad, pues Él nos trae la auténtica alegría que nunca nadie nos podrá quitar jamás: la alegría de sabernos queridos por nuestro Dios.
¿Estoy siempre alegre?
¿Soy agradecido a Dios por todo lo que hace en mí?