Buenos días, ¿cómo va la semana?, ¿venimos con ganas y fuerzas para disfrutar de un emocionante día?
Como cada día, empezamos nuestra oración saludando al Señor: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Respiramos profundamente, relajando los músculos y me pongo en tus manos, Jesús.
Jesús nos pide estar atentos y atentas hay muchas cosas que se nos pueden escapar. Es así de sencillo, estar en la vida como el teléfono; listo, cargado, para ver cualquier mensaje que podamos recibir.
En la vida de Jesús, siempre hubo una persona que estaba atenta y preparada, humilde. Aunque no entendiera todo, María siempre decía Sí. ¡Ojalá fuéramos un poco más como ella!
Finalizamos con esta canción, pensando en parecernos más a ella, para estar atentos a quien nos necesite.
¡Buen día!