Lunes 24 de mayo
Lectura del 24 de mayo
María Madre de la Iglesia
Hch 1, 12-14
Después de que Jesús subió al cielo, los Apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Amor de dentro
Lo que más me impresionaba de ella, y lo que más influía en mi era su admirable bondad con todos sin excepción. Intento recordar y no lo logro una sola vez que se hubiese molestado, en que hubiera dicho una palabra dura, en que hubiera pronunciado un juicio contra alguien. En treinta años de vida a su lado, no recuerdo que lo haya hecho jamás, ni una sola vez!
Nunca enseñaba con palabras cómo había que vivir Todo su trabajo espiritual lo hacía por dentro, por fuera solo se veían sus actos, mejor dicho, algo más que sus actos, su vida serena, amable, solícita, no con un amor inquieto vuelto hacia ella misma, sino con un amor apacible y como secreto.
Trabajaba en una obra de amor interiorizado y por eso le resultaba imposible estar inquieta. Y estas dos facultades la paz y el amor atraían a los demás y proporcionaban a su trato un encanto especial. La rodeaba un ambiente cálido de amor, de amor a los presentes y amor a los ausentes, a los vivos y a los muertos, a los hombres y hasta los animales.
(León Tolstói, citado en Compasión, de Katerina Lachmanova)
Lunes 24 de mayo
“Amistad”
Una de las mejores cosas en este mundo son los amigos, ¿verdad? ¿Qué haríamos sin amigos? Estaríamos muy aburridos. Los amigos nos ayudan a tener un corazón más grande. Un corazón más grande no quiere decir que aumente de tamaño, sino que quiere a mucha gente y ha aprendido a amar.
Los amigos nos ayudan a pensar en los demás, a no ser egoístas. ¿Y sabéis quién es el mejor amigo de todos? ¡Jesús!
Rezamos a la Virgen:
Madre, quiero ser amigo de Jesús, y también quiero ser un amigo de verdad para mis compañeros. Dame un corazón que sepa hacer muchos amigos.