Martes 17 de mayo

Buenos días a todos. Comenzamos este ratito de oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 


“Naturaleza”  

Cierra los ojos durante unos momentos y piensa en ese lugar de montaña que tanto te gusta, o aquella playa tan bonita a la que vas algún verano. ¿Verdad que es un sitio bonito? La naturaleza es algo increíble. Es un milagro. La creación es un regalo de Dios, por eso tenemos que cuidarla. Un papel en el suelo, un cristal tirado en medio del campo pueden hacer mucho daño a la naturaleza. 

En un ratito de silencio podríamos pensar hoy un compromiso para cuidar mejor la naturaleza, como por ejemplo, no tirar papeles al suelo. Que cada uno piense el suyo. (silencio)

Y ahora podemos ofrecerle ese compromiso a la Virgen, para que ella nos ayude a amar y respetar la naturaleza.  

Rezamos a la Virgen: 

Madre, quiero cuidar la naturaleza porque es un regalo de Dios. Ayúdame a respetarla.

 

Evangelio del 17 de mayo

 


 Jn 14, 27-31

Jesús dijo a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado’. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago».