Viernes 25 de febrero

Párate un momento. Relájate y respira profundamente.

Dios está aquí, contigo, escuchándote.

Lo importante ahora eres tú.

¿Queréis a vuestra familia?

¿Os gustaría que fuesen felices?

¿Valoráis todo lo que hacen vuestras familias por vosotros?


-¿Qué ha ocurrido en el vídeo?
-¿Cómo se siente el niño al principio? ¿Cambia después?
-Cuando jugáis en equipo ¿es mejor hacerlo unidos o separados?
-¿Les demostráis vuestro amor y valoráis todo lo que hacen por vosotros?

Hoy celebramos el día de Madre Paula en el colegio. Ella contó con un gran equipo, el mejor, su familia, sus amigas, sus compañeras. Y todos la valoramos y le demostramos cuánto la queremos año tras año.


Padrenuestro.


Evangelio del 25 de febrero


Marcos 10,1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.

Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»

Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»

Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»

Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»