24 marzo

Juan 5, 17-30:

"Mi Padre sigue actuando y yo también actúo".


Creemos a veces que los santos han llegado a serlo por sus propias fuerzas. 

Y cuando los queremos imitar, también creemos que podemos hacerlo con nuestras propias fuerzas. 

Olvidamos que quien actúa siempre es el Señor. Es el Padre quien amorosamente y continuamente está actuando en nosotros.

Es el Hijo quien también continuamente nos está dando la VIDA.

Es el Espíritu Santo quien permanentemente nos santifica. 

Ciertamente que todos los santos son héroes. Pero no porque ellos hayan triunfado sino porque Dios ha triunfado en ellos.

Abre tu corazón a la actuación de Dios en tí. Deja que su gracia te vaya transformando. 

Su palabra diaria te irá enseñando el camino. Y los sacramentos te irán manteniendo y dando las fuerzas necesarias para que también Dios triunfe en tí. 

Buenos días.


23 marzo


Juan 5, 1-16:

"Levántate, toma tu camilla y echa a andar". 


En el evangelio de hoy aparecen tres imperativos en los labios de Jesús. Son tres imperativos que también van dirigidos a tí: 


+ LEVÁNTATE: No te duermas en tu vida de fe. La Cuaresma es un tiempo propicio para despertar y levantarse. Deja tu somnolencia espiritual o tu indolencia y pereza. Pon a punto tu fe y tu vida espiritual. 


+ TOMA TU CAMILLA: Que no te puedan tus problemas, tus preocupaciones, los aspectos negativos que encuentras en tu vida y en la vida de los demás. Son tus cruces que vienen a ser tus "camillas". Abrázalas y llévalas con alegría. Que no te paralicen. 


+ ECHA A ANDAR: Eres caminante detrás de Jesús. Recorre su camino. Intenta ser de verdad su seguidor y su discípulo. 

Buenos días.

Jueves 23 de marzo

Buenos días a todos, ya casi estamos terminando el segundo trimestre. 

Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Escuchamos con atención este cuento tan bonito llamado "Un corazón dentro de otro"


- ¿Quién sale en el cuento?

- ¿Ves algo parecido en las cosas que haces con tus padres y las que salen aquí?

No hay nada más maravilloso y puro como el amor que los padres sienten hacia sus hijos. Así debes sentirte tú. Tus padres te van a querer siempre, aunque a veces creas que no estás haciendo bien las cosas, ellos te perdonarán siempre.

La Virgen María era madre de Jesús. Y cuando su hijo empezó a predicar y hacerse importante, supo que tenía que dejarle ir y vivir con las personas más necesitadas.

Imaginaros cómo se sentía María al ver a su hijo hacer tantas cosas buenas.

Le damos gracias a María por darnos esta enseñanza tan importante. El amor no tiene límites. Los momentos malos no pueden apagarlo, al revés, lo fortalecen.