Lectura del 23 de septiembre


Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que se alegre Israel por su Creador,

los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,

cantadle con tambores y cítaras;

porque el Señor ama a su pueblo

y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria

y canten jubilosos en filas:

con vítores a Dios en la boca;

es un honor para todos sus fieles.

Jueves 23 de septiembre

Continuamos avanzando en la semana, qué mejor forma de hacerlo que unidos junto a Jesús. Respira, salúdale y comenzamos este momento con la invitación a la oración: En el nombre del Padre, del Hijo…

Jesús les contó a sus amigos la siguiente historia:

Un hombre tenía un amigo que guardaba siempre todas sus cosas. Un día se enteró de que su amigo estaba usando y perdiendo sus cosas y le dijo que ya no quería que estuviese con él. Entonces, su amigo se enfadó y empezó a hacer trampas para recuperar todo lo perdido. Cuando recuperó todo aquel hombre no estaba muy contento, pero volvió a ser su amigo porque había sido muy listo.

Los amigos de Jesús estaban tristes porque parecía que Jesús quería que hiciesen trampas. Entonces Jesús les dijo que quería que ellos fuesen listos, pero para hacer las cosas bien y demostrar que se puede ser bueno. Les dijo: decid siempre la verdad, no engañéis, … así seréis mis amigos.  Jesús les enseña a sus amigos que hay muchas maneras de ser listos. Todo lo podemos usar para hacer actos buenos o malos. Sin dudar, Jesús le dice a sus amigos que usen su inteligencia para hacer cosas buenas, para ser sus amigos. 

Vamos a pedirle perdón a Jesús por las veces que nosotros también hemos podido hacer trampas o hemos podido mentir. 

Jesús nos perdona en este momento si somos sinceros y nos da la oportunidad de hacerlo mejor la próxima vez. 

Terminamos rezando un Padre Nuestro todos juntos. Sabiendo lo que decimos, con pausa y poniendo cariño en las palabras que estamos diciendo.


¡Buen día!