Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Lectura del Evangelio según san Marcos (9, 35-37)
En aquel tiempo Jesús se sentó, llamó a los doce, y les dice: “Si uno aspira a ser el primero, sea el último y servidor de todos.” Después llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos, lo acarició y les dijo:“ Quien acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge. Quien me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.”
Breve comentario:
Es un evangelio similar al que escuchábamos ayer. Quizá este haga un hincapié especial en la identificación de Dios mismo con los pequeños, con los niños. La frase final es muy fuerte. Viene a decir que el que recibe a un niño (o a quien se muestra como tal –necesitado, pobre,...-) recibe al mismo Dios. El encuentro con Dios se da en los más pequeños. Dios quiere identificarse con los pobres y pequeños de la tierra. Calasanz asume esto y descubrirá en Roma que esta es la razón de ser de su vida, su manera definitiva de servir a Dios. La pobreza es la gran ‘aliada’ en este camino. No se puede vivir esto sin ser pobre.
Carta de Calasanz:
He encontrado en Roma el mejor modo de servir a Dios, haciendo el bien a estos pequeños y no los dejaré por nada de este mundo. En cuanto a la pobreza, de pocos conocida y de poquísimos abrazada, cuanto a mayor perfección la podamos llevar, más aseguraremos nuestra vida y misión. (28/02/1632)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Jesús dijo a sus discípulos: «Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Al poco tiempo de estar en Roma, José se dió cuenta de que los niños que tenían dinero podían ir a la escuela y aprender muchas cosas; pero los pobres, a los que nadie quería, no tenían ni dinero, ni derecho a asistir a clase.
Paseando por las calles del Trastévere, pensó en cómo podía conseguir que todos esos niños tuvieran derecho a una educación digna y descubrió que su verdadera vocación era la de cuidar de estos niños.
En la Parroquia de Santa Dorotea, allá por 1597, fundó la primera escuela popular y gratuita del mundo, con la gran ayuda del Padre Brendani, renunciando así a cargos más poderosos.
Sus compañeros en este viaje fueron otros Padres Escolapios y los más pobres. Eligió como lema para sus escuelas Piedad y Letras. Lema que aún perdura. Hoy hay escolapios y escolapias en todo el mundo siguiendo su camino. Consiguió ver más allá de su tiempo, y con la fuerza de esa mirada hacer un mundo mejor.
Reflexión:
Seguimos mirando con admiración la vida de Calasanz. Podemos decir que Calasanz trabajó con pasión, con amor y con mucha valentía.
¿Somos nosotros valientes cuando vemos alguna injusticia en clase, en el patio, en la calle?
La figura de Calasanz nos da una gran lección, es capaz de pararse a escucha a Dios y preguntarle cuales son los planes de Dios para él.
¿En que momentos nos paramos a escuchar lo que Dios quiere de nosotros?
Calasanz dedicó su vida a lo que le parecía más importante los niños.
¿Nosotros dedicamos parte de nuestro tiempo a nuestros amigos, a nuestros hobbies y a escuchar lo que Dios quiere de nosotros?
¿Dedicamos tiempo a la oración?
Terminamos la oración de hoy con una canción, que nos recuerda que San José nos enseñó cómo hacer realidad un mañana de esperanza y una nueva humanidad. Apostando por una educación popular. Acercando Jesús a los niños y jóvenes, en todos los lugares del mundo donde están presentes los escolapios.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría, que por medio de San José de Calasanz manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños, especialmente los más necesitados, concédenos imitar su ejemplo de oración y trabajo para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo.
Oración Final:
Señor, Dios rico en sabiduría
,
que
por medio de San José de Calasanz
manifestaste la grandeza de tu amor hacia los niños,
especialmente los más necesitados,
concédenos imitar
su ejemplo de oración y trabajo
para poder seguir el camino de Jesús como él supo seguirlo.