3 marzo

Mateo 7, 7-12:


"Pedíd y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quién busca encuentra y al que llama se le abre".


Me han llamado la atención estas palabras del Evangelio de hoy. Y esto lo dice Jesús después de insistirnos en la oración constante y sin cansancio. 

Y es que Él sabe que muchas veces no sabemos orar y necesitamos la guía segura del Espíritu Santo. Él nos enseña la pedagogía exacta para aprender a orar y a pedir. Porque nuestras oraciones y peticiones son muchas veces infantiles. Y nuestro Padre Dios no concede caprichos ni malcría a sus hijos. 

La oración ha de hacernos más conscientes del papel que juega Dios en nuestra vida y de lo que nosotros estamos llamados a realizar.

Si pedimos al Padre con constancia e insistencia que nos dé el Espíritu Santo, este mismo Espíritu nos guiará y nos enseñará a orar al mismo tiempo que irá orientando nuestros pasos y nuestras acciones. 

También Él irá rectificando nuestra mente, ordenado nuestro corazón y dirigiendo nuestros pasos. 

Buenos días.


Viernes 3 de marzo

Buenos días a todos, damos comienzo a la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén. Escuchamos que Jesús se fue al desierto durante 40 días y allí, fue tentado a hacer cosas que no estaban bien. Jesús superó esas tentaciones, se negó, fue fuerte y no hizo el mal sino el bien.

Pero, ¿qué es una tentación?

Tentación es el deseo de hacer o tener algo que sabes que no es correcto.

En este momento, podemos compartir algunas experiencias de tentaciones que hayamos tenido:

  • Comer una chuche cuando no es el momento.

  • Dejar los juguetes desordenados sabiendo que los teníamos que ordenar.

  • Meterse en los charcos del patio a pesar de que la seño nos ha avisado o mojarse en la fuente del patio.



    Padrenuestro.