Martes 10 de mayo

Buenos días a todos. Hoy os invitamos a viajar a un lugar del mundo muy especial.

¿Estáis preparados y preparadas?


- ¿Cómo te sientes al hacerlo: colaborar, ayudar, acompañar a otras personas?

Nos despedimos con la siguiente canción:



Hoy terminamos nuestra oración pensando especialmente en estas personas que vamos a ayudar desde la distancia.



Evangelio del 10 de mayo

 


Jn 10, 22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».