Jueves 4 de noviembre

 ¡Buenos días a todos!

En un momento de silencio, respira tranquilamente y olvídate de todo lo demás. 

Hazte consciente de tus propios sonidos. Eres tú. Es ahora ... Dios está aquí.


-¿Qué ha ocurrido en el vídeo que acabamos de ver?
- ¿Por qué ocurre eso?
- ¿Cómo se siente el niño?
- ¿Y el grupito de tres chicos, cómo se sentirán haciendo eso?
- Si te hicieran algo así a ti, ¿qué harías?
- Si vierais algo así en algún compañero, ¿cómo reaccionarías?

Muchas veces hacemos sentir tan mal a otras personas, que es muy complicado porque ese daño no solamente se soluciona con un PERDÓN, porque el daño queda en el corazón. 

Por favor, tal y como quiere Jesús, seamos buenas personas y sigamos su ejemplo, piensa las cosas antes de decirlas, podemos hacer sentir mal a otra persona y eso no nos gustará a nadie. 


La vida es bonita, disfrutemos de ella como Jesús nos enseñó.

Padrenuestro.











Evangelio del 4 de noviembre


Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:

«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo esta parábola:

«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les dice:

“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas y les dice:

“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.

Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta».