25 mayo

Juan 17, 11b-19:

"Que sean uno como nosotros... No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal... Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo".


Nos estamos acercando a la gran solemnidad de Pentecostés. 

Pentecostés es la celebración de la venida del Espíritu Santo sobre toda la iglesia. 

Ese Espíritu que un día invadió el corazón y la vida de los apóstoles y discípulos de Jesús es el mismo Espíritu que hoy sigue empapando los corazones de todos nosotros para que seamos testigos de Jesús resucitado.

Jesús, con la fuerza del Espíritu, nos envía al mundo para que proclamemos con nuestra vida, nuestras obras y palabras el Evangelio de Jesús. 

Pide hoy esa fuerza del Espíritu para ser su testigo allí donde tu vida se desarrolla normalmente. 

Pide los dones del Espíritu. 

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Buenos días.


Jueves 25 de mayo

Buenos días a todos, comenzamos este ratito de oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


“Consuelo”

Seguro que alguna vez os habéis encontrado con algún amigo que está triste por algo que le ha pasado. ¿Verdad que lo habéis intentado animar? Pues eso debemos hacer los cristianos. En el mundo hay gente que está triste. Lo que nosotros tenemos que hacer es ayudarles, animarles, sembrar alegría. 

María consoló a los discípulos de Jesús cuando tenían miedo, cuando estaban asustados. En un momento de silencio cada uno le puede pedir a la Virgen por todas las personas que necesitan que Ella les consuele.

¡Feliz día!