Buenos días a todos, comenzamos este ratito de oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
“Consuelo”
Seguro que alguna vez os habéis encontrado con algún amigo que está triste por algo que le ha pasado. ¿Verdad que lo habéis intentado animar? Pues eso debemos hacer los cristianos. En el mundo hay gente que está triste. Lo que nosotros tenemos que hacer es ayudarles, animarles, sembrar alegría.
María consoló a los discípulos de Jesús cuando tenían miedo, cuando estaban asustados. En un momento de silencio cada uno le puede pedir a la Virgen por todas las personas que necesitan que Ella les consuele.
¡Feliz día!