Martes 2 de noviembre

 ¡Buenos días a todos!

¿Qué tal os ha ido el puente? ¿Qué habéis hecho durante estos días que os gustaría compartir?

Respira, saluda a Jesús y comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Jesús quiero seguirte, ser tu amigo y aprender a ser como tu eres.

Hoy me subo al árbol más alto para que veas que quiero estar contigo.

Búscame cuando esté perdido para ayudarme a volver a hacer las cosas bien.

Enséñame tu forma de ser feliz, porque yo quiero ser así, ayudando a los demás.

Gracias por quererme como soy, con lo bueno que tengo y también aquellas cosas que debo mejorar.


Jesús nos está llamando, nos dice que le sigamos porque merece la pena portase bien con los demás.
Vamos a contestarle en silencio a Jesús. ¿Queremos bajar del árbol e irnos con él?


Padrenuestro.




Evangelio del 2 de noviembre


Conmemoración de los fieles difuntos
Juan 11, 17-27

Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.

Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:

«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Jesús le dijo:

«Tu hermano resucitará».

Marta respondió:

«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».

Jesús le dijo:

«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».

Ella le contestó:

«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».