Lectura del 21 de mayo


 Jn 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dijo: «Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho lo cual, añadió: «Sígueme».

Viernes 21 de mayo

 Buenos días a todos.

Llegamos al final de nuestra semana, seguro que con muchas experiencias, muchos momentos vividos, pero además con una mañana muy especial por delante. Como no podía ser de otra manera, vamos a empezarla con una oración, para finalizar a lo largo de la mañana con la ofrenda floral a María.

Comenzamos recordando un momento mágico: Cuando el ángel del Señor le anunció a María el nacimiento de Jesús, que tendría lugar por obra y gracia del Espíritu Santo.

Hoy le pedimos a María que no nos falte la compañía de nuestro ángel de la guarda y que nos guíe por el buen camino para llegar a la felicidad eterna, para siempre.


¡Feliz día!



Viernes 21 de mayo


“Camino”

No sé si os habéis perdido alguna vez por el campo, pero os aseguro que no es nada bonito. Cuando alguien se pierde tiene miedo, no sabe si ir hacia delante, hacia atrás, a la derecha, a la izquierda, no sabe cuándo va a encontrar el camino y llegar a casa. ¡Imaginaos qué susto! ¿Y los que están esperando a que llegue? ¡Estarán muy preocupados! 


Rezamos a la Virgen:

Madre, cuando me porto mal, es como si me hubiera perdido, porque me siento mal, no me gusta hacer daño a los demás. Acompáñame, quiero hacer el bien, ayudar a los demás, ser como Jesús y como Tú.