Juan 1, 29-34:
"Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo... He visto y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios".
Durante el tiempo de Navidad contemplamos y celebramos la Palabra hecha carne, hecha hombre y en todo semejante al hombre menos en el pecado.
Tú, como Juan, eres también la voz de esa Palabra. Cumple, como Juan, también con tu misión.
Que tu testimonio sobre Jesús sea verdadero, diáfano, limpio... Que tu voz, respaldada por tu vida, grite fuerte la presencia de Jesús en el desierto de este mundo.
Tienes una dura y bonita tarea para el año que hemos comenzado hace unos días. Tómala con alegría y con ilusión. Grita fuerte y muestra claro a nuestro mundo que la Palabra se ha hecho carne y ha puesto su tienda en medio de nosotros.
Y que también tú, como Juan, puedas exclamar: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo... He visto y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios".
Buenos días.