Hazte consciente del momento en el que te encuentras, del día en el que estamos.
Lo importante ahora eres tú y este ratito con Dios.
Para aprender a escuchar es tan útil como necesario detener tu pensamiento, relajar tu cuerpo, centrar la atención en el mensaje del otro y usar la mirada para los sentimientos y significados.
Estos ejercicios podemos utilizarlos para poder relajarnos en el día a día.
Estar relajado y tranquilo con uno mismo nos hace ver y afrontar las cosas desde otra perspectiva.
Terminamos la oración mandando un beso a Jesús y otro a María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle’, y aquel, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.
Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»
Pedid y se os dará
Pedid paz y se os dará ternura.
Pedid amor y se os darán nombres.
Pedid misión y se os dará un camino.
Pedid encuentro y se os darán palabras.
Pedid escuela y se os dará un Maestro.
Pedid justicia y se os darán causas.
Pedid verdad y se os darán preguntas.
Pedid poder y se os dará una toalla y un lebrillo.