Hazte consciente del momento en el que te encuentras, del día en el que estamos.
Lo importante ahora eres tú y este ratito con Dios.
Para aprender a escuchar es tan útil como necesario detener tu pensamiento, relajar tu cuerpo, centrar la atención en el mensaje del otro y usar la mirada para los sentimientos y significados.
Estos ejercicios podemos utilizarlos para poder relajarnos en el día a día.
Estar relajado y tranquilo con uno mismo nos hace ver y afrontar las cosas desde otra perspectiva.
Terminamos la oración mandando un beso a Jesús y otro a María.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.