Martes 4 de mayo

 Buenos días a todos. El sábado día 1, comenzamos el mes de mayo, el mes de las flores, el mes dedicado a María.

María, es nuestra "Buena Madre", sabemos que está muy cerca de nosotros, sus hijos. Como María, debemos estar atentos y saber decir sí, en nuestras vidas.

Escuchamos este canto que seguramente ya sabemos, cerramos los ojos y adoptamos una postura cómoda para pensar qué me quiere decir Dios con ella.


María dijo que sí, quería ser madre de Jesús. Tuvo miedo y a pesar de todo, accedió a los planes que tenía Dios para ella.

- Dios tiene pensado un plan para cada uno de nosotros y poco a poco lo vamos descubriendo. Ahora sois pequeños, pero ese plan se va descubriendo en las pequeñas cosas del día a día, si escuchamos su palabra a través de las personas que más nos quieren y sobre todo, si hacemos felices a los demás.

- A veces, tenemos miedos e inseguridades y otras veces es simplemente pereza o comodidad.

- Comparte si has sentido alguna vez alguna de estas cosas.

Padrenuestro.

Martes 4 de mayo

 La Iglesia

Empezamos un nuevo día del mes de mayo, y vamos a poner todo nuestro entusiasmo para dedicar un ratito a nuestra Madre. ¿Verdad que todos sabéis lo que es la Iglesia? No sólo me refiero a ese sitio donde vamos a rezar, hoy hablaremos de otra cosa: La Iglesia es la familia de los que quieren ser amigos de Jesús. Esta familia está formada por muchas personas: el papa, los obispos y sacerdotes, nosotros... Sí, todos los bautizados somos parte de esta familia y queremos ser también amigos de Jesús.

María, Nuestra Madre, siempre ha estado al lado de la Iglesia, ayudando a todos los cristianos. En la flor de hoy está escrita la palabra “Iglesia”. Queremos pedirle a María que cuide de la familia de los amigos de su Hijo Jesús.


Rezamos a María:

Madre, desde el principio has estado ayudando a todos los cristianos, por eso te pido que cuides a la Iglesia de tu Hijo: ayuda  al papa Benedicto y a los obispos a vivir y enseñar  lo que Jesús quiere, que nosotros amemos  más a la Iglesia y que cada día  haya más personas que quieran ser amigos de Jesús. 


Evangelio del 4 de mayo


 Jn 14, 27-31

Jesús dijo a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: ‘Me voy y vuelvo a vuestro lado’. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago».


Danos tu paz

Danos, Señor, aquella Paz extraña

que brota en plena lucha

como una flor de fuego;

que rompe en plena noche

como un canto escondido;

que llega en plena muerte

como el beso esperado.


Danos la Paz de los que andan siempre,

desnudos de ventajas,

vestidos por el viento de una esperanza núbil.

Aquella Paz del pobre

que ya ha vencido el miedo.

Aquella Paz del libre

que se aferra a la vida.

La Paz que se comparte

en igualdad fraterna

como el agua y la Hostia.


(Pere Casaldáliga)