Comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Terminamos la semana dedicada a Calasanz. Mañana sábado es su día. Calasanz llegó a ser santo porque escuchó en su corazón que la manera de ayudar a los niños era la manera de servir a Dios. Y fue el primero que hizo colegios para pobres, porque él quería que todos sintieran que somos hijos de Dios.
Y hoy Calasanz nos sigue diciendo que cada uno de nosotros somos hijos de Dios, hasta los más pequeños y los más pobres.
Recordamos también que este domingo es el primero del tiempo de Adviento, el que nos prepara para la Navidad. El evangelio es el siguiente:
Lectura del evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36)
“Jesús dijo a sus discípulos: “Un día el mundo estará lleno de tormentas. Gente angustiada, miedo, truenos fuertes, terremotos. Y las personas estarán agachadas, muertas de miedo.
Pero en medio de todo eso yo apareceré en medio de una nube, lleno de poder.
Entonces, en ese momento, se os pasará el miedo. Levantaos y alzad la cabeza, porque se acerca vuestra libertad. Estad atentos para verme llegar”.
Breve comentario:
Jesús nos habla sobre la importancia de estar despiertos para lo que pueda pasar, porque si nos dormimos no sabremos lo que está pasando y nos invita a esperar cuando venga, levantando la cabeza para verlo bien.
Hoy le pedimos que nos mantenga “despiertos” y que podamos ayudar a nuestros familiares y amigos. También le pedimos por todos nosotros, para que sepamos estar a su lado y escuchar muy atentos lo que nos dice.
Carta de Calasanz:
La voz de Dios es voz de Espíritu que va y viene, toca el corazón y pasa; no se sabe de dónde venga o cuándo sople; por lo que importa mucho estar siempre vigilante para que no venga improvisamente y pase sin fruto. (22/11/1622)
Padrenuestro...
Oración final:
Señor, Dios nuestro, que has enriquecido a San José de Calasanz con la caridad y la paciencia, para que pudiera entregarse sin descanso a la formación humana y cristiana de los niños, concédenos, te rogamos, imitar en su servicio a la verdad al que veneramos hoy como maestro de sabiduría.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.