Martes 23 de noviembre

José llega a Roma


El padre de José, don Pedro Calasanz, acababa de perder a su mujer y a su hijo mayor y quería  que  José  perpetuara  el  apellido  de  la  familia. No  quería  que  fuera  sacerdote. Pero José  sufrió una  enfermedad  en  1582  que  lo  llevó  al  borde  de  la  muerte  e  hizo  prometer  a  su padre, que  si  Dios  le  concedía  la  curación, se lo  permitiría y le  dejaría  seguir  su  camino. Afortunadamente,  José  se  curó y  fue  ordenado  sacerdote  el  17  de  diciembre  de  1583,  por Hugo Ambrosio de Moncada, obispo de Urgel. Durante  sus  primeros  años  como  sacerdote, estuvo  en varios  pueblos  de  los  Pirineos, donde  cuentan  que  era  muy  peligroso  aventurarse  por  los  caminos  para  visitar  alguna  Iglesia como las de Claverol y Ortoneda, de las que era párroco. Hasta tuvo que proveerse él mismo de un arcabuz con frasco y frasquillo sin bolsa para que no le atacaran. José  llegó  a  Roma  en  febrero  de1592.  Tenía  35  años  y  su  intención  era  la  de permanecer allí sólo el tiempo requerido para obtener el título de canónigos de alguna catedral española. Quería ser obispo. Pero Dios tenía para él otros planes, sin saber que ya nunca regresaría a España. 

Reflexión: 

La vida de José de Calasanz no fue fácil pero no se rindió. Dos rasgos de su personalidad se destacan en este texto: tesón y responsabilidad. Con ellas consiguió lo que deseaba poner sus cualidades al servicio de los demás. 

¿Eres tú también responsable ante las necesidades de aquellos que te rodean?, 

¿haces algo para mejorar su situación? 

¿Pones tú también tus cualidades al servicio de tus compañeros?, 

¿ayudas a tus compañeros de clase? 

José de Calasanz, a lo largo de su vida, tuvo siempre presente en sus oraciones a María, tal y como su madre le había enseñado. Cuando se sentía desanimado recurría siempre a ella. 

Rezamos hoy esta oración en honor a María para que nos anime y nos de fuerzas para estudiar al día.

 Oración Final: