Jueves 3 de diciembre

Diócesis de Málaga : Portal de la Iglesia Católica de Málaga | La  anunciacion de maria, Historias de la biblia para niños, La anunciacion


María era una muchacha joven. Estaba rezando un día y apareció ante ella un ángel. Los ángeles son mensajeros de Dios, que nos hablan al corazón. El ángel se presentó y le dijo: “Alégrate, María, tengo una buena noticia para ti de parte de Dios”. 


Ella se quedó un poco asustada, porque no entendía nada. Pero él, que se dio cuenta, le dijo: “No tengas miedo. Dios, que conoce bien a las personas, sabe que tú le ayudarás. Vas a tener un hijo, y le llamarás Jesús. Y será el Hijo de Dios”. 


Ella no sabía qué decir, porque todavía ni se había casado con su novio, José, así que se lo preguntó: “Pero, ¿cómo puede ser eso?”  María sintió una confianza muy grande, porque pensó que, si Dios se lo decía, por algo era, así que contestó. “Aquí estoy, para lo que Dios quiera. Que se haga en mi según tu palabra”. Entonces el ángel se marchó.

¿Y sabéis qué pasó? Nació Jesús, que para todos nosotros es un gran regalo. Gracias al sí de María, vosotros y yo, somos hoy cristianos.

Nosotros sin saberlo, también hemos dicho sí, a preparar este camino de Adviento a Dios.

·       ¿Vamos a ayudar a las personas que necesitan alimentos? Decir Sí, es querer ayudar a que las personas más necesitadas de nuestra ciudad, no pasen hambre.

Gracias por tener un corazón que brilla tanto como la estrella de Belén. Jesús nacerá en tú corazón porque lo has preparado muy bien este Adviento. ¡Eres maravilloso!

Lectura del 2 de diciembre

Is 25, 6-10

Miércoles 2 de diciembre


Historia de la navidad.ppt


Cuando Jesús estaba a punto de nacer, José y María tuvieron que viajar, para ir a su ciudad, donde ellos habían nacido.


Estaban muy preocupados porque el viaje hacia Belén, era largo y agotador, ya que su medio de desplazamiento, era ir encima de un burro. Y en unas condiciones de pobreza y gran humildad. Sin embargo decidieron hacerlo, confiando en que Dios y sus ángeles, les cuidarían en el viaje.


Como ellos, también habían llegado una gran cantidad de gente a esta pequeña ciudad, y resultó muy difícil encontrar un lugar para pasar la noche. Fueron de puerta en puerta, buscando algún sitio para quedarse, pero lamentablemente no encontraron ninguna posada disponible (las posadas, eran los “hoteles” antiguos). 

María y José fueron personas muy humildes, que también necesitaron ayuda.

José y María, no encontraron un lugar donde hospedarse. 


¿Hay niños o gente que necesite nuestra ayuda? 

¿Queréis ayudarles? ¿Le abrimos nuestro corazón, y los acogemos con nuestra respuesta de amor y entrega?

Nos preparamos en este Adviento, para acoger a María y a José. Ellos, lo pasaron mal, estuvieron tristes… cuando en este momento determinado, la gente no les dio un lugar para dormir. Pero nosotros no queremos ser así.

 Vamos a acoger en nuestro corazón, a la gente necesitada, 

que está “llamando a nuestras puertas”. 

Y les podemos ayudar…

Lectura del 1 de diciembre

Is 11,1-10