Evangelio del 28 de febrero


Marcos 10,17-27

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»

Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»

Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»

Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»

Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»

Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»

Viernes 25 de febrero

Párate un momento. Relájate y respira profundamente.

Dios está aquí, contigo, escuchándote.

Lo importante ahora eres tú.

¿Queréis a vuestra familia?

¿Os gustaría que fuesen felices?

¿Valoráis todo lo que hacen vuestras familias por vosotros?


-¿Qué ha ocurrido en el vídeo?
-¿Cómo se siente el niño al principio? ¿Cambia después?
-Cuando jugáis en equipo ¿es mejor hacerlo unidos o separados?
-¿Les demostráis vuestro amor y valoráis todo lo que hacen por vosotros?

Hoy celebramos el día de Madre Paula en el colegio. Ella contó con un gran equipo, el mejor, su familia, sus amigas, sus compañeras. Y todos la valoramos y le demostramos cuánto la queremos año tras año.


Padrenuestro.


Evangelio del 25 de febrero


Marcos 10,1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.

Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»

Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»

Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»

Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»

Jueves 24 de febrero

Buenos días a todos, comenzamos un nuevo día. Vamos a colocar la mano en el corazón. Cuando estemos todos en silencio, notaremos el latido de nuestro corazón que late sin parar. Jesús es quien nos da la vida, por eso empezamos todos los días el cole, dándole los buenos días, y las gracias por la vida que nos regala.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Te invitamos a ver el siguiente vídeo:


- ¿Qué historia transmite el vídeo que acabamos de ver?
- ¿Cómo se siente el niño que ayuda?
- ¿Y la mamá del otro niño?

Hoy te damos Gracias Jesús por todas las personas que nos rodean.


Evangelio del 24 de febrero


Marcos 9,41-50

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies al infierno. Y, si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la sazonaréis? Que no falte entre vosotros la sal, y vivid en paz unos con otros.»

Miércoles 23 de febrero

Hoy, como todas las mañanas, damos los buenos días a nuestro amigo Jesús, cerrando los ojos, respirando profundamente... 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Ahora, en la oración de hoy, vamos a pensar sobre qué significa ser un mejor amigo:

-¿Cómo se porta conmigo?

-¿Me ayuda?

-¿Me escucha?

-¿Me acompaña?

Jesús es nuestro mejor Amigo, porque Él siempre está ahí, tanto si lo necesitamos como si nos olvidamos de Él. Podemos hablar con Jesús cuando queramos y estará ahí para escucharnos. ´El está con nosotros cuando nos despertamos, cuando vamos al colegio; está con nosotros todo el día. Eso es ser un gran amigo, un amigo de verdad, un AMIGO QUE NOS QUIERE Y AL QUE QUEREMOS.


- Alguien puede resumir brevemente el cuento que acabamos de escuchar.

- ¿Qué cayó de entre la bruma un día?

- ¿Cómo era?

- ¿Dónde se metió?

- ¿Brillaba mucho?

Jesús, te pedimos que nos ayudes a ser los mejores amigos, siendo capaces de respetar a los demás, ayudándolos y cuidándolos mucho.

Padrenuestro.

Evangelio del 23 de febrero


Marcos 9,38-40

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.»

Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»

Martes 22 de febrero

Empezamos hoy nuestra oración guardando silencio, cierra los ojos y relájate, poniendo las manos sobre las rodillas.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.

¿Sabrías decir qué es un Tesoro? La palabra tesoro, normalmente la utilizamos para referirnos a algo con mucho valor para nosotros y que, por lo tanto, guardamos y cuidamos de manera muy especial, pero...

¿Cuál es tu mayor tesoro?


-¿De qué manera podemos cuidar y ayudar a nuestros amigos?
Le pedimos a Jesús que es el mejor de nuestros amigos, que nos ayude, rezando el Padrenuestro.


Evangelio del 22 de febrero

Fiesta de la Catedra de San Pedro
Mateo 16,13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»

Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Lunes 21 de febrero

Buenos días, ¿qué tal el fin de semana? (en este momento podemos compartirlo)

En este momento de silencio, respira tranquilamente y olvídate de todo lo demás. 

Hazte consciente de tus propios sonidos.

Eres tú. Es ahora ....

Dios está aquí.



-¿Qué ha hecho el personaje de Tristeza?
-¿Solemos actuar como ella?
-¿Qué podemos aprender de los personajes?

Esta semana intentaremos poner mayor atención a aquellas personas que necesiten mi ayuda.
Hoy nos acordamos mucho de ti Jesús y de María.

Padrenuestro.





Evangelio del 21 de febrero


Marcos 9,14-29

En aquel tiempo, cuando Jesús y los tres discípulos bajaron de la montaña, al llegar adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.

Él les preguntó: «¿De qué discutís?»

Uno le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces.»

Él les contestó: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.»

Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; cayó por tierra y se revolcaba, echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?»

Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos.»

Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe.»

Entonces el padre del muchacho gritó: «Tengo fe, pero dudo; ayúdame.»

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Vete y no vuelvas a entrar en él.»

Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que la multitud decía que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?»

Él les respondió: «Esta especie sólo puede salir con oración y ayuno.»

Evangelio del 3 de junio

 


 Jn 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».

Por segunda vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dijo: «Pastorea mis ovejas».

Por tercera vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho lo cual, añadió: «Sígueme».

Viernes 18 de febrero

 Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

En el vídeo que vamos a ver podremos ver como un hombre se acerca todos los días a ver a su mujer, la pandemia no ha conseguido separarlos. Este también es otro ejemplo de amor verdadero, como el que se vive en familia, el amor que Dios tiene a los niños o el ejemplo de Madre Paula dedicada a las niñas.

La mujer tiene una enfermedad que le hace olvidar recuerdos, pero ese amor tan verdadero sí lo recuerda, por eso se emociona.

Este vídeo encuentra la importancia de cuidar a la familia en nuestro día a día.

- ¿Cuidas a las personas que te encuentras a lo largo del día: amigos, familiares, profes,...?

- Piensa en una persona a la que hoy le dirás lo mucho que la quieres. 

En la película de Coco también se habla de la importancia de pequeños detalles  y de cómo ellos emocionan y hacen recordar aquellos momentos especiales que quedan grabados en el corazón.


Padrenuestro.



Evangelio del 18 de febrero


Marcos 8,34–9,1

En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles.»

Y añadió: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia.» 

Jueves 17 de febrero

 Buenos días a todos. Párate un momento. Relájate y respira hondo. Dios está aquí, contigo, escuchándote.

Lo importante ahora eres tú. Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

A continuación, vamos a ver en el vídeo un ejemplo de amor que se cuida en el día a día. Es por eso que por lo que con este ejemplo de amor podemos ver la grandeza de las personas desde que somos pequeñitas.


- ¿Quién nos dice lo que ha visto en el vídeo?
- ¿Qué es el amor?
- ¿A qué personas demuestras tu amor cada día?
- ¿Quién te lo demuestra a ti?




Padrenuestro.















Evangelio del 17 de febrero


 Marcos 8,27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»

Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas.»

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»

Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.Y empezó a instruirlos: «El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.

Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»

Miércoles 16 de febrero

 

Buenos días, vamos a comenzar la mañana con un ratito de oración. Para ello, primero vamos a estar callados, en silencio, cerramos los ojos, y sentimos nuestra respiración.

Y, por dentro, decimos: Hola Jesús, Hola María, aquí estoy, buenos días.

Querido Jesús, querida María, hoy te pedimos también por todas las personas que ayudan, acompañan y cuidan a los enfermos.


- ¿Qué historia cuenta el vídeo que acabamos de ver?
- ¿Qué es lo que más te ha gustado?
- ¿Cómo crees que hace sentir María al niño?
- ¿Por qué es especial el niño?


Padrenuestro.









Evangelio del 16 de febrero


Marcos 8,22-26

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?»

Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan.»

Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró; estaba curado, y veía todo con claridad.

Jesús lo mandó a casa diciéndole: «No se lo digas a nadie en el pueblo.»

Martes 15 de febrero

Buenos días a todos, con alegría nos disponemos a comenzar la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

En nuestra oración vamos a tener presente a todas las personas que son importantes para nosotros, a todas las personas que nos quieren y nosotros llevamos muy dentro de nuestro corazón.


Querido Jesús, hoy te pido por todas las personas que nos quieren y ayudan.





Evangelio del 15 de febrero


Marcos 8,14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca.

Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»

Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»

Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»

Ellos contestaron: «Doce.»

«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»

Le respondieron: «Siete.»

Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»

Lunes 14 de febrero

Buenos días, vamos a comenzar la mañana con un ratito de oración. 

Para ello, vamos a estar callados, en silencio. Ahora ponemos una mano en el pecho y así podremos sentir nuestro corazón.

Ha llegado el momento de cerrar nuestros ojos y sentir como respiramos.

Una vez...

Otra vez...

Una más...

Y comenzamos nuestra oración, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hoy damos Gracias a Dios en nuestra oración por todas aquellas cosas maravillosas y bonitas que encontramos en nuestro mundo.

Cada vez que vayamos al campo o a la playa o a la montaña, nos acordaremos de lo bueno que ha sido Dios haciéndonos este regalo, el regalo de la Creación. Con la pandemia a veces nos cuesta valorar todo lo que disfrutamos, lugares, personas,...

Si pudieras pedir tres deseos... ¿qué pedirías?

- ¿Qué os ha parecido el vídeo?

Antes de terminar podemos escuchar:


Padrenuestro.




Evangelio del 14 de febrero

 Lucas 10,1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»

Viernes 11 de febrero


Buenos días, párate un momento. Relájate y respira hondo. Dios está aquí, contigo, escuchándote.

Lo más importante ahora eres tú.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.



Es muy importante escuchar, prestar atención cuando nos habla un compañero, una amiga, una maestra o profe, nuestros padres...

Nuestro compromiso para el día de hoy va a ser ese: poner toda mi atención en escuchar.

Evangelio del 11 de febrero


Marcos 7,31-37

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.

Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»

Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos.

Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Jueves 10 de febrero

Buenos días a todos, ya estamos casi en el final de la semana. Unidos comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

¡Con todo mi corazón... te adoro, Señor!

¡Quiero permanecer siempre en tu Amor!

¡Qué bien se está aquí, en tu presencia!

¡GRACIAS POR ESTAR AQUÍ!


PADRE, 

YO SÉ QUE ESTÁS AQUÍ, DENTRO DE MÍ.

ME CONOCES Y ME QUIERES.

YO TAMBIÉN TE QUIERO Y DESEO SER SIEMPRE TU AMIGO.

TE DOY LAS GRACIAS POR CONOCERME Y QUERERME.

GRACIAS JESÚS POR ESTAR AQUÍ.

Padrenuestro.








Te doy gracias porque me conoces y me amas.
Yo también quiero conocerte bien, sentirte a mi lado,
para amarte y hacerte conocer y amar.
Gracias Jesús por estar aquí.

Evangelio del 10 de febrero


Marcos 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.

Él le dijo: «Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.»

Pero ella replicó: «Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.»

Él le contestó: «Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija». Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado. 

Miércoles 9 de febrero

Comenzamos dando los buenos días a María y a Jesús.


No te distraigas y sigue pensando en el día de hoy: ¿Qué cosas vas a hacer? ¿A qué personas vas a ver hoy? ¿De qué juegos vas a disfrutar hoy?

Ahora piensa en Jesús, cómo pasaría él un día de su vida siendo niño. ¿Qué cosas haría? ¿A qué jugaría? ¿A qué lugares iría? ¿Quién lo acompañaría?

Parece que no sería tan diferente su día al nuestro, ¿no?

Jesús se hizo hombre para enseñarnos que podemos vivir como él cada día.

Padrenuestro.

Evangelio del 9 de febrero


Marcos 7,14-23

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»

Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»

Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Martes 8 de febrero

Buenos días, comenzamos la oración, pero antes, vamos a cerrar los ojos... nos ponemos la mano en el pecho, en nuestro corazón. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Un día, Jesús habló a unos pescadores, les llamó para que le ayudaran y así todos pudieran conocer a Dios. ¡Tú también puedes ayudar a Jesús! Todos estamos invitados a seguir a Jesús.


Rezamos juntos antes de terminar: Padrenuestro.


¡Buen día!


Evangelio del 8 de febrero


Marcos 7,1-13

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos (los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)

Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»

Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»

Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas.»

Lunes 7 de febrero

 Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén,


Al comenzar la mañana te abro mi corazón, para que siempre te escuche.

La relajación de la rana. Nos sentamos como indios con la planta de los pies una contra otra y escuchamos atentamente lo que dice el vídeo.


Ahora tenéis una sensación de paz muy relajante. Es el momento para sentirse agradecido a Dios por todo lo que nos ayuda, por las personas que nos pone cerca.

¿Queréis darle las gracias, por alguna circunstancia? Gracias Padre por...

Padrenuestro.


Evangelio del 7 de febrero


Marcos 6,53-56

En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza, y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

Viernes 4 de febrero

Buenos días, vamos a rezar apreciando el valor de la solidaridad. Comenzamos la oración, respiran profundamente para relajarnos y preparar nuestro cuerpo para disfrutar de este ratito con Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo...

Os invitamos a ver el siguiente vídeo. seguramente ya lo has visto en otra ocasión, pero creo que nos puede ayudar a descubrir algún aspecto distinto. Reflexionemos sobre los gestos sencillos y cotidianos, de cada día. ¿Encontraremos nuestra felicidad atendiendo a los demás?


- ¿Qué gestos hemos podido ver?
- ¿Qué hacen por los demás? 
- ¿Qué reciben a cambio?

Vamos a ayudar, seamos solidarios con otros como haría Jesús.

Para lograrlo, le pedimos fuerzas a nuestra Buena Madre, rezando un Ave María.














Evangelio del 4 de febrero

Mc 6, 14-29

Como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Otros decían: «Es Elías»; otros: «Es un profeta como los antiguos». Herodes, al oírlo, dijo: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado».

Es que Herodes había mandado prender a Juan y le había en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.

La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo su cabeza en una bandeja, y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.

Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.


Jueves 3 de febrero

Buenos días, estamos terminando la semana casi sin darnos cuenta. Comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hay personas que entregan su vida a Dios y a los demás, para ser también Luz en el mundo. Estas personas dedican su vida a la oración, a servir y a ayudar a los demás. Son monjas, monjes, sacerdotes, religiosos y religiosas de diferentes congregaciones e institutos.

Nosotros especialmente damos gracias por nuestra comunidad de Madres Escolapias. Su ejemplo de humildad, sencillez y modestia nos enriquece. 


¡Gracias a ti, por ser Luz para el mundo!

Padrenuestro.






Evangelio del 3 de febrero


Mc 6 , 7-13

Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino calzados con sandalias y sin túnicas de repuesto. Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos».

Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Miércoles 2 de febrero

Buenos días a todos, comenzamos la oración unidos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Un día había muchísima gente escuchando a Jesús. No eran los más ricos, ni los más fuertes, ni los más populares. entonces Jesús se puso a hablarles, y ellos estaban admirados porque les decía:

<<Felices los pobres en el espíritu, porque vuestro es el reino de los cielos. 

Felices los que lloran, que serán consolados.

Felices los que sufren, que ellos heredarán la tierra.

Felices quienes tienen hambre y sed de justicia, que quedarán llenos.

Felices los que perdonan, porque serán perdonados.

Felices los que miran con ojos limpios, porque ellos verán a Dios.

Felices los que trabajan por La Paz, que esos serán llamados Hijos De Dios.

Felices los perseguidos por causa de la justicia. Suyo es el reino de los cielos. Felices vosotros, si os insultan y persiguen por mi causa. Vuestra recompensa será grande en el cielo.>>

Dibujos para catequesis: LAS BIENAVENTURANZAS (Mateo 5, 2-12)

Rezamos el Padrenuestro, pidiéndole a nuestro padre Dios que nos ayude a vivir las Bienaventuranzas todos los días.












Evangelio del 2 de febrero

Fiesta de la presentación del Señor
Lc 2, 22-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la Ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él.

Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción –¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!– a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del Niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él.


Martes 1 de febrero

Comenzamos el mes de febrero, juntos y con Jesús. Nos espera una semana apasionante, en la que viviremos infinitos momentos alegres con nuestros compañeros y profes.

Respira, saluda a Jesús y unidos a él, empezamos la oración: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

EL CAMINO DE LA FELICIDAD

Todos buscamos ser felices, ¿verdad?, ¿tú quieres ser feliz?

Jesús nos quiere tanto, que desea lo mejor para nosotros. Por ello, nos dio unos consejos, para que seamos cada día más felices. Pero, ¿qué es la felicidad?


Jesús sabe que hacer el bien, os sienta genial. ¿Cómo te has sentido al ayudar a alguien?, ¿Y al perdonar a alguien?, ¿y al sonreírle a alguien? 

Cuando hacemos la vida más fácil al que tenemos al lado, somos felices. Piensa en alguien al que te gustaría hacer feliz. Imagina qué quieres hacerle a esa persona para que sea más feliz.

Padrenuestro.





Evangelio del 1 de febrero


Mc 5, 21-43

Jesús cruzó, de nuevo al otro lado del lago, y se reunió junto a él un gran gentío. Estando a la orilla llegó un jefe de la sinagoga llamado Jairo, y al verlo se postró a sus pies y le suplicó insistentemente: «Mi hijita está en las últimas. Ven e impón las manos sobre ella para que sane y conserve la vida». Se fue con él. Le seguía un gran gentío que lo apretaba por todos lados.

Entonces, una mujer que llevaba doce años padeciendo hemorragias, que había sufrido mucho en manos de distintos médicos gastando todo lo que tenía, sin obtener mejora alguna, al contrario, peor se había puesto, al escuchar hablar de Jesús, se mezcló en el gentío, y por detrás le tocó el manto. Porque pensaba: «con sólo tocar su manto, quedaré sana». Al instante desapareció la hemorragia, y sintió en su cuerpo que había quedado sana. Jesús, consciente de que una fuerza había salido de él, se volvió a la gente y preguntó: «¿Quién me ha tocado el manto?» Los discípulos le decían: «¿Ves que la gente te está apretujando, y preguntas quién te ha tocado?» Él miraba alrededor para descubrir a la que lo había tocado. La mujer, asustada y temblando, pues sabía lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le confesó toda la verdad. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado. Vete en paz y sigue sana de tu dolencia.

Aún estaba hablando cuando llegaron algunos de la casa del jefe de la sinagoga y dijeron: «Tu hija ha muerto. No importunes al Maestro». Jesús, sin hacer caso de lo que decían, dijo al jefe de la sinagoga: «No temas, basta que tengas fe». Y no permitió que lo acompañara nadie, salvo Pedro, Santiago y su hermano Juan. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga, vio el alboroto y a los que lloraban y gritaban sin parar. Entró y les dijo: «¿A qué viene este alboroto y esos llantos? La muchacha no está muerta, sino dormida». Se reían de él. Pero él, echando afuera a todos, tomó al padre, a la madre y a sus compañeros y entró adonde estaba la muchacha. Sujetando a la niña de la mano, le dijo: «Talitha qum», que significa: «Chiquilla, te lo digo a ti, ¡levántate!» Al instante la muchacha se levantó y se puso a caminar –tenía doce años–. Quedaron fuera de sí del asombro. Entonces les encargó encarecidamente que nadie se enterara de esto. Después dijo que le dieran de comer a la niña.