Buenos días a todos.
Hoy nos dirigimos a la Virgen María para alabarla, para agradecerle todo lo que hace por nosotros.
María, te pedimos que transmitas esperanzas a los que más lo necesitan.
Nosotros estamos llamados a ayudar en la medida de lo posible, a intentar seguir los pasos de María, poniéndole el corazón a todo lo que hacemos.
Para que ahora y siempre nuestro amor, nuestra alegría y nuestra esperanza, estén presentes en nuestros corazones.
Ave María.