Evangelio del 10 de mayo


Jn 15, 26-27; 16, 1-4

Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Defensor, el Espíritu de la verdad que yo os enviaré de parte del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio.

Os he dicho todo esto para que no falléis. Os expulsarán de la sinagoga. Llegará un tiempo en que quien os mate piense que está dando culto a Dios. Y esto lo harán porque no conocen ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue el momento, os acordéis de que os lo había dicho».


Ven, espíritu de Dios

A veces, me canso de tanta mentira.

Envíame tu Espíritu de verdad.

A veces, me cuesta dar la cara por ti.

Envíame tu Espíritu de valentía.

A veces, me pueden las sombras.

Envíame tu Espíritu de luz.

A veces, siento que me ahogo.

Envíame tu Espíritu de vida.

A veces, tengo miedo.

Envíame tu Espíritu de fortaleza.

A veces, no sé para dónde tirar.

Envíame tu Espíritu de consejo.

Acompáñame en mis travesías

con tu impulso y tu aliento.

Ven, Espíritu de Dios.


(Fermín Negre)