9 de mayo

Juan 14, 7-14:

"Felipe dijo a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta". Jesús le replica: "Hace tanto que estoy con vosotros, y no me conoces, Felipe?. Quien me ha visto a mí ha visto al Padre".


Las palabras que Felipe dirige a Jesús, son la oportunidad para que Jesús aclare, todavía más, la realidad de su persona: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”, es su respuesta que, equivale a decir: si me conoces a mí, conocerás al Padre. Ergo, Jesús no es solo lo que están viendo sus ojos. Jesús es el rostro humano de Dios. De ahí que conocerlo a Él, es conocer a Dios, conocer al Padre. El modo de actuar de Jesús, revela el modo de actuar de Dios. Cuando vemos sus obras de amor en el evangelio estamos descubriendo que de ese mismo modo actúa Dios. Pedro, muchos más años después, lo plasmará en una frase que define perfectamente a Jesús: Alguien “que pasó haciendo el bien”. Ese es Jesús, el rostro humano de Dios.

El evangelio de hoy es un buen recuerdo para acrecentar nuestro deseo de conocer más a Jesús. Un Jesús que no es otro que Dios hecho hombre.


Poder seguirlo, ser capaces de imitarlo, es una gracia de la que todos podemos sentirnos agradecidos. Para ello, confiemos de verdad puesto que Él no la niega a nadie.

Buenos días.