Buenos días a todos, comenzamos este ratito de oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
El Maestro paseaba calle abajo cuando, de pronto, salió de un portal un hombre que chocó violentamente con él.
El individuo, totalmente fuera de sí, rompió a soltar palabrotas. El Maestro hizo una breve inclinación, sonrió amablemente y le dijo:
—Amigo, no sé quién de los dos ha tenido la culpa de que chocáramos, pero no estoy dispuesto a perder el tiempo tratando de averiguarlo…Si la culpa ha sido mía, le pido perdón; si ha sido suya, olvídelo.
Y, tras hacer una nueva inclinación y esbozar una nueva sonrisa, siguió caminando.
- ¿Cuál es la diferencia entre el maestro y el individuo?
- ¿Cuál de los dos comportamientos hay más entre la gente de tu edad?
- ¿Es igual decir o no palabrotas? ¿Cómo lo vives tú?
Padrenuestro.