6 de octubre

Comenzamos el día en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Lucas 9, 51-56:

"Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén".

No debió de ser fácil esta decisión para Jesús. Él sabía perfectamente lo que le ocurriría en la Ciudad Santa. Hacía muy poco que Él mismo había predicho: "Mirad, subimos a Jerusalén y allí me entregarán, se burlarán de mí y terminaré en la muerte de cruz".
Pero Él sabe perfectamente que esta es su misión porque esta es la voluntad del Padre.
Su pasión y muerte en la cruz le conducirán al triunfo de la resurrección y este triunfo posibilitará el triunfo de toda la humanidad sobre el pecado y la muerte. Por eso decide subir a Jerusalén.
Cuántas veces huímos de todo aquello que se parezca a la cruz: Huimos del esfuerzo, huímos del trabajo, huímos del compromiso, huímos del servicio, huímos de la entrega... Huimos, en definitiva, de todo aquello que nos lleva a salvar y dar vida a los demás y a nosotros nos exige esfuerzo y sacrificio.
Toma también tú hoy y todos los días la determinación de subir a "la Jerusalén" que el Señor te indique para servir más y mejor a los demás.
Buenos días.