Oración 15 de septiembre ESO

 Juan 3, 13-17:

"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna". 


Corremos el peligro de asociar la cruz solamente con el dolor, las lágrimas, el luto y la muerte. 

Y ciertamente que la cruz de Cristo es entrega hasta el final y sacrificio hasta la muerte. 

Pero, ante todo, es vida, triunfo y resurrección. 

La cruz de Cristo es fuerza en la debilidad. 

Gracia y consuelo en el dolor. 

Perdón en la ofensa. 

Manifestación del amor absoluto y gratuito del Padre. 

Contempla alguna cruz con fe y amor. 

Pon en ella tus propias cruces y todas las cruces que conozcas. 

Aviva tu esperanza. 

Adórala y muéstrala a un mundo que, azotado por la cruz de una pandemia, de unas guerras y por otras muchas cruces, está necesitado de su fuerza salvadora y redentora. 

Buenos días.