Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios. Nosotros, gracias a nuestros niños, tenemos el regalo de ver a Dios a través de sus corazones limpios.
Vamos a compartirlo de una forma sencilla, es muy importante que seamos SINCEROS, no tengáis miedo.
Es importante reconocer la verdad siempre y es posible que durante el verano no nos hayamos acordado tanto de Jesús o quizás sí. ¡qué alegría si ha sido así! Jesús nos está esperando con alegría.
Comenzamos este momento de oración: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Damos las gracias a Dios por este verano, por todo lo que hemos vivido y por llegar sanos a este inicio de curso.
Dedica un rato, cerrando los ojos a pensar en lo bueno que has vivido. DANDO GRACIAS A JESÚS POR ELLO.