Viernes 20 de mayo

Buenos días a todos.

Llegamos al final de nuestra semana, seguro que con muchas experiencias, muchos momentos vividos, pero además con una mañana muy especial por delante. Como no podía ser de otra manera, vamos a empezarla con una oración.

"Paz"

Hoy la flor que queremos regalar a la Virgen es la Paz. Hace mucha falta la paz en el mundo.  Hay muchas guerras, muchas peleas,…Y aquí cada uno de nosotros tiene que empezar en su casa, en el cole. ¿Cuántas veces me peleo con mi hermano o con mis amigos? ¡Muchas! ¿Verdad?


Rezamos a la Virgen: 

Madre, haz que ya no haya más guerras. Quiero vivir en un mundo donde haya Paz. Por eso te pido que me ayudes a colaborar en la paz en mi casa, en mi cole,… 


Evangelio del 20 de mayo

 

 Jn 15, 12-17

Jesús les dijo: «Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Jueves 19 de mayo

Buenos días a todos. 

“Amistad”

Una de las mejores cosas en este mundo son los amigos, ¿verdad? ¿Qué haríamos sin amigos? Estaríamos muy aburridos. Los amigos nos ayudan a tener un corazón más grande. Un corazón más grande no quiere decir que aumente de tamaño, sino que quiere a mucha gente y ha aprendido a amar. 

Los amigos nos ayudan a pensar en los demás, a no ser egoístas. ¿Y sabéis quién es el mejor amigo de todos? ¡Jesús!


Rezamos a la Virgen: 

Madre, quiero ser amigo de Jesús, y también quiero ser un amigo de verdad para mis compañeros. Dame un corazón que sepa hacer muchos amigos.  


Evangelio del 19 de mayo

 


 Jn 15, 9-11

Jesús habló así a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».