Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Aladdin es una persona que se encuentra con el regalo de pedir tres deseos. Todo lo que pide, no lo pide para él sino que quiere compartirlo. Está tan feliz que necesita compartirlo con otra persona.
Lo que somos, las cosas buenas que tenemos, … nos harán mucho más felices si somos capaces de compartirlas.
Si soñamos con un mundo diferente, un mundo mejor ¿con quién te gustaría compartir ese mundo?
Cuando te pasa algo bueno ¿a quién tienes ganas de contárselo?
Piensa en la cosa que más te gusta de lo que tienes ¿eres capaz de compartirla? ¿con quién?
Hoy le pedimos a Jesús que nos ayude a compartir lo que tenemos y también lo que somos.
Él nos dice siempre que seremos más felices si compartimos entre todos y cada uno recibe lo bueno de los demás.
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?»
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...»
Entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.»
Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual.»
Buenos días a todos, comenzamos la oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
- ¿Qué le ocurre a Luca?
- ¿Cómo reacciona cuando cogen su juguete?
- ¿Y a ti, te cuesta compartir tus juguetes?
- ¿Con quién sueles compartir?
Después de hablar de compartir, y de su importancia, escuchemos con atención la siguiente canción:
Se trata de una canción solidaria, hecha para ayudar a niños y niñas enfermas. Estos niños que aparecen en el vídeo comparten sus ganas, su alegría por VIVIR.
Hoy vamos a pedir por cada uno de los niños y niñas enfermas, así como adultos para que sientan la fuerza que vamos a transmitirles y superen su enfermedad. Te lo pedimos, Señor.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.