Buenos días, ¿qué tal han ido estos días?, ¿habéis hecho algo especial?, es el momento de recordar todo lo que queráis compartir, para ayudaros a hacerlo pondremos la siguiente canción:
Recursos Calasanz y Madre Paula
Lunes 10 de enero
Evangelio del 10 de enero
Marcos 1,14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Miércoles 22 de diciembre
Como cada día comenzamos la oración saludando al Señor: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Hoy es el último día del primer trimestre, por eso queremos hacer una oración sencilla.
¿Qué es lo mejor que te ha pasado?
¿Cómo te has sentido?
¿Con quién lo has compartido?
Damos gracias a Dios por todo lo que hemos vivido, compartido y aprendido juntos.
El tiempo de Adviento finaliza, porque nace el niño Jesús. Y nacerá en todos nuestros corazones, si continuamos poniendo luz, como lo hemos hecho en este tiempo de espera.
Evangelio del 22 de diciembre
Lucas 1,46-56
En aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.