Buenos días a todos, hacemos un momento de silencio, respiramos despacio. Nos sentamos derechos, con las manos encima de las piernas. Jesús está en nuestro corazón, lo saludamos, y le contamos cómo nos sentimos.
- ¿Quiénes son las personas que siempre están a tu lado?
- ¿Y tú, al lado de quién te gusta estar siempre? ¿Por qué?
- ¿Qué te hacen sentir esas personas?
Seguramente muchos habréis nombrado a vuestros abuelos y abuelas, a los que están en su casa, y también, a los que están en nuestros corazones. Pensando en ellos, escuchemos la siguiente canción.
Gracias Jesús por el Amor que me regalas a través de las personas que me quieren. Ayúdame a querer a los demás tanto como Tú nos quieres a nosotros.
Jesús dijo a los suyos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
Buenos días, guardamos un momento de silencio, cierra los ojos y respira tranquilamente. Comenzamos este ratito de oración, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Estad muy atentos a la letra de la siguiente canción:
- ¿Qué te parece bonito a ti?
- ¿Y en la canción, qué le parece bonito?
Muchos días nos levantamos sin ser capaces de ver nada bonito, sin embargo, si ponemos nos fijamos en todo, la vida es bonita,
Jesús, enséñanos a verlo todo bonito, y poder ponerle una sonrisa a aquello que no nos parece bonito y podamos verlo bonito.
Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo’. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».