Lunes 4 de abril

 Damos los buenos días a Jesús y a María. Respiramos hondo una, dos y tres veces.... comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

La oración de hoy va encaminada a preguntaros...

¿Somos solidarios con los demás?

Viendo este vídeo podemos reflexionar si somos capaces de hacer cosas por los demás, por aquellos que están cerquita. Si poquito a poco lo vamos consiguiendo con los más cercanos, lo seremos también con aquellos que no vemos ni conocemos.


Padrenuestro.


Evangelio del 4 de abril

 

Jn 8, 1-11

Viernes 1 de abril

 Buenos días a todos. Hazte consciente del momento en el que encuentras, del día en el que estamos. 

Lo importante ahora es este ratito que vamos a pasar con Dios. Comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

- ¿Qué ocurre en el hormiguero?

- ¿Hubiera ocurrido lo mismo si en lugar de mentir, hubiese dicho la verdad?

- ¿A ti te gusta que te digan la verdad siempre?

- ¿Y tú, dices siempre la verdad o por el contrario mientes?

Jesús, gracias por todas las cosas que me has dado.

Gracias por las personas que me quieren.

Gracias por todo lo que aprendo en el colegio.

Terminamos la oración de hoy rezando el Padrenuestro.

Evangelio del 1 de abril


 Juan 7,1-2.10.25-30

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.

Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.