18 de junio

¡Buenos días a todos!

Este ratito de oración lo vamos a dedicar a pensar en nuestros abuelitos o personas ancianas de nuestro alrededor. Cerramos los ojos y pensamos en ellos.

  • ¿Qué te gusta hacer con tus abuelos?                                                                                                  Tener personas ancianas en una familia es un tesoro. Ellos han vivido muchos años y tienen experiencia en TODO. Además, vivieron épocas donde el día a día era muy diferente y seguro que si les preguntáis, tienen un montón de anécdotas e historias que contarte.
  • Seguramente alguno de vosotros tiene un abuelo que necesite personas que lo ayuden y cuiden. Cuando vosotros os hagáis mayores es posible que llegue el día que tengáis que cuidar de vuestros padres. Lo bonito será hacerlo con cariño, paciencia y comprensión, porque algún día no estarán y los echaréis de menos.
Jesús también valoró a los ancianos de su tiempo, especialmente a las ancianas viudas porque se quedaban pobres cuando perdían a sus maridos. Él no les daba limosna, sino mucho más, les daba dignidad. Les hablaba con cariño, les hablaba  a la gente de que había que admirarlas y decía que eran las personas favoritas de su padre Dios.

Por eso ahora, volvemos a cerrar los ojos, damos gracias a Jesús por nuestros abuelos, todo lo que podemos hacer con ellos. Y prometemos darles un abrazo grande y fuerte cuando los veamos y contarles que hoy hemos rezado por ellos. 


¡GRACIAS ABUELOS!