Buenos días, Jesús, qué alegría saludarte de nuevo, sintiendo que vives entre nosotros.
Para este ratito contigo, guardamos silencio, me coloco de una forma relajada, adecuada. Respiramos profundamente.
Y empiezo mi oración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...
Te invitamos a cerrar os ojos y a escuchar muy atentos la siguiente canción:
Hoy es un buen día para ser feliz y para hacer felices a los demás.
Sigue hablando un ratito con tu amigo Jesús. Cuéntale cómo te sientes, en quiénes has pensado en la oración.
Nos despedimos de Jesús rezando el Padrenuestro.